Lima, 22-03-2009 / Año 105 - Nº 5449

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
La misión de Cristo y de la Iglesia en el mundo es salvar, no condenar. Es el hombre que por su fe o falta de fe entra dentro de la corriente de salvación o se pone fuera de ella. Es el hombre que por la clase de sus obras -buenas o malas- marcha según el plan divino o en contra de la gracia. Abramos nuestro corazón a la Palabra de Dios en esta liturgia.
PRIMERA LECTURA: 2 Crónicas 36, 14-16.19-23
LA IRA Y LA MISERICORDIA DEL SEÑOR EN LA DEPORTACION Y EN LA LIBERACION DEL PUEBLO
El libro de Crónicas presenta el drama del pueblo de Israel. Éste se aparta de la Alianza: impiedad, desórdenes y, finalmente, la destrucción del país y el destierro. Pero Dios salva de nuevo a su pueblo: Ciro, un rey persa, será el instrumento escogido por Dios para la restauración de Israel.
SALMO REPONSORIAL 136
Respondemos: "Que no me olvide de ti, Señor"
SEGUNDA LECTURA. Efesios 2, 4-10
ESTANDO MUERTOS POR LOS PECADOS, NOS HA HECHO VIVIR CON CRISTO

San Pablo destaca hoy el papel del amor misericordioso de Dios en la salvación. Dios nos salva gratuitamente mediante la fe en, por y con Cristo.
EVANGELIO: Juan 3, 14-21
DIOS MANDO SU HIJO AL MUNDO PARA QUE EL MUNDO SE SALVE POR EL
El Evangelio de hoy nos deja esta enseñanza: Dios ama al hombre y envía a su Hijo para salvarlo. Pero el hombre debe ser protagonista de su propia salvación a lo largo de la historia. Se produce la gran separación: los que aceptan a Cristo por la fe; y los que lo rechazan por la incredulidad.

RESPETA LA VIDA
Cuando el hombre e arroga la justicia, comienzan las injusticias. Dios, con el quinto mandamiento, defiende al hombre de las guerras, de las violencias, de las murmuraciones, maledicencias, calumnias, de la muerte física y moral. Pero el ser humano no ha entendido, y quiere defenderse él sólo con sus propias leyes.; no acepta la defensa de Dios, y de este modo crea un "continuo desorden": masacres, prisiones, injusticias; de lo que está llena la tierra. Entretanto, la muerte llama a la muerte, la venganza llama a la venganza, el odio llama al odio... El Señor nos dice que si quieres paz, debes amar la vida. Y el aborto, ¿no es otra injusticia, otra guerra, que se quiere legitimar? ¿Se puede legitimar el exterminio de tantos inocentes, indefensos?
DON BOSCO Y LA PALABRA DE DIOS
Escribía el santo en la Juventud Instruida: "Así como nuestro cuerpo se debilita y muere sino lo alimento más; igual sucede con nuestra alma sí no le damos su alimento. La comida de nuestra alma es la Palabra de Dios". Su discípulo, Domingo Savio, lo intuyó muy bien; pues "tenía siempre presente que la Palabra de Dios es la guía del hombre en el camino al cielo". Don Bosco hubiera sido incapaz de concebir una caridad digna del tal nombre que no tuviera como fundamento una fe iluminada por la Iglesia. En buena lógica, él daba a la palabra de Dios el primer lugar entre los instrumentos de perfección.

No hay comentarios: