¡CAMARÓN QUE SE DUERME, APARECE EN CHIFA!
"Chicas, la reunión es a las 5 p.m. En punto ¿Ah?". "Muchachos, el entrenamiento comienzA a las 4 p.m. ¡Nadie llegue tarde!". "Lo reunión de Padres de Familia se inicia a los 7 p.m., o'clock" ¿Entendido?". "El matrimonio es a las 6 p.m. Ni un minuto más, ni un minuto menos"... ¡Qué ilusión! La mayoría empieza a llegar media hora más tarde, y esto...
La impuntualidad se va haciendo una malísima costumbre, una "pseudo cultura". Para muchos, la consabida "hora peruana", es llegar siempre tarde. Quieren entender que todo empezará media, o una hora más tarde. Y, lo peor, es que "se amargan" si se les llama la atención. Creo que la causa de todo esto es nuestra característica "improvisación", la falta de preparación, de planificación, de saber prevenir las cosas y acontecimientos, de hacerlo todo a "última hora". Somos "del último cuarto de hora", de "la inspiración del momento". Y creemos, 'de remate' que es "creatividad", "ingenio", "saberla hacer", "ser de iniciativa". Con esta conducta evidenciamos, aunque no lo aceptemos, nuestro subdesarrollo, nuestra inmadurez, nuestra falta de compromiso y responsabilidad.
¿Qué familia, qué institución, qué sociedad, qué nación puede caminar así hacia el progreso? En el Evangelio de hoy Jesús nos alerta contra este pernicioso peligro, pues pone en riesgo nuestra futura realización como personas, como padres de familia, como trabajadores, como políticos, como gobernantes de una nación. Pone en juego nuestra eterna salvación.
¡No seamos camarones dormidos, pues la corriente nos arrastrará hacia donde no queramos ir!
¿IMPROVISAS O PLANIFICAS TU VIDA?
"Chicas, la reunión es a las 5 p.m. En punto ¿Ah?". "Muchachos, el entrenamiento comienzA a las 4 p.m. ¡Nadie llegue tarde!". "Lo reunión de Padres de Familia se inicia a los 7 p.m., o'clock" ¿Entendido?". "El matrimonio es a las 6 p.m. Ni un minuto más, ni un minuto menos"... ¡Qué ilusión! La mayoría empieza a llegar media hora más tarde, y esto...
La impuntualidad se va haciendo una malísima costumbre, una "pseudo cultura". Para muchos, la consabida "hora peruana", es llegar siempre tarde. Quieren entender que todo empezará media, o una hora más tarde. Y, lo peor, es que "se amargan" si se les llama la atención. Creo que la causa de todo esto es nuestra característica "improvisación", la falta de preparación, de planificación, de saber prevenir las cosas y acontecimientos, de hacerlo todo a "última hora". Somos "del último cuarto de hora", de "la inspiración del momento". Y creemos, 'de remate' que es "creatividad", "ingenio", "saberla hacer", "ser de iniciativa". Con esta conducta evidenciamos, aunque no lo aceptemos, nuestro subdesarrollo, nuestra inmadurez, nuestra falta de compromiso y responsabilidad.
¿Qué familia, qué institución, qué sociedad, qué nación puede caminar así hacia el progreso? En el Evangelio de hoy Jesús nos alerta contra este pernicioso peligro, pues pone en riesgo nuestra futura realización como personas, como padres de familia, como trabajadores, como políticos, como gobernantes de una nación. Pone en juego nuestra eterna salvación.
¡No seamos camarones dormidos, pues la corriente nos arrastrará hacia donde no queramos ir!
¿IMPROVISAS O PLANIFICAS TU VIDA?
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