Lima, 04-12-2011 / Año 107 - Nº 5591

A LOS 120 AÑOS DE LA LLEGADA DE LOS SALESIANOS/AS AL PERU
Don Riccardi vuelve sobre el asunto escribiendo a Monseñor Cagliero: «El Sr. Delegado Apostólico, con quien hablé ya varias veces, está insistiendo en esto, que formemos en Lima y Callao Casas con Escuela y Oratorio festivo para los italianos. (...) No bien estemos arreglados (...) buscaré un día para ir con él y con el Prior de los Descalzos a visitar un antiguo Convento en el Callao para ver luego de empezar algo». Y no se daba tregua. Habló con el Sr. Ministro Italiano quien prometió ayudar en algo. "Otro proyecto se presentó hoy mismo al Sr. Presidente de la República: más creo que no lo aprobará. Lo cierto es que en Lima, tanto el Clero como los Católicos y los no Católicos desean mucho un taller de Artes y Oficios para niños pobres". Tan absorto debía andar en estos asuntos que termina su carta del 15 de octubre, confiándole a Don Rua: "Perdóneme si solamente he hablado de cosas materiales: estoy desde 15 días en la materia y casi o sé más qué pensar en Dios. Aunque me parece obrar con recta intención para darle gloria, salvar las almas... y particularmente la mía".
Continuará...
PORTA FIDEI" DE BENEDICTO XVI
Convocatoria al Año de la Fe, 2012
RECORRER Y REACTUALIZAR LA HISTORIA DE LA FE
19.-
En este Año, será decisivo recorrer la historia de nuestra fe: contemplar el misterio de la santidad y el pecado. Mientras lo primero subraya la contribución de hombres y las mujeres que se han ofrecido para el desarrollo de las comunidades por el testimonio de sus vidas; lo segundo, suscitar en cada uno una sincera conversión para experimentar la misericordia de Dios que sale a nuestro encuentro.
20.- En este tiempo, miraremos a Cristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12,2): en Él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en su Encarnación. En él, muerto y resucitado por nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado los últimos dos mil años de nuestra historia de salvación.
NO HAY FE SIN CARIDAD, NO HAY CARIDAD SIN FE
21.- También será una oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. San Pablo nos dice: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad» (1Co 13,13). Con palabras aún más fuertes, nos dice el apóstol Santiago: « ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: "Id en paz, abrigaos y saciaos", pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe"» (St 2, 14-18).
22.- La fe sin la caridad no da fruto y la caridad sin fe sería un sentimiento a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer, porque en él se refleja el rostro de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor resucitado, es compañera de vida que nos permite ver las maravillas que Dios hace por nosotros. Los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo.
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Continuará...


- "Querido, anoche mientras dormías, ME PATEABAS"
- Querida..., ¡NO DORMIA! "

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