Fundado: 24-04-1904 Lima, 05-08-2012 / Año 108 - Nº 5626 - 4000 ejemplares

JESUCRISTO = PAN DE VIDA ETERNA
Es natural que en la vida humana el alimento sea lo principal. Sin él no podríamos vivir. Siempre ha sido un símbolo de convivencia, de unión y de cariño de la familia, llegando a ser el centro de "las fiestas" familiares, de pueblos y naciones. Los peruanos estamos orgullosos de ser considerados en el mundo por este rubro. Hace poco, leía un encabezado: "COMIDA PERUANA, considerada entre las tres mejores del mundo y la mejor de Latinoamérica junto a la MEXICANA".
En efecto, la gastronomía peruana, considerada una de las más variadas y originales del mundo, gracias a unos 5,000 años de herencia precolombina (preincaica e incaica), de la gastronomía amazónica, española y africana; la china-cantonesa, la japonesa, la italiana y, posteriormente, la francesa, reúne una gran diversidad de mezclas, junto con la criolla, en una gastronomía de 4 continentes en un solo país, ofreciendo gran variedad de platos típicos peruanos en constante evolución. La gastronomía peruana ostenta varios récords Guinness por su variedad, cantidad y calidad: 491 platos típicos. En la costa peruana, hay más de dos mil sopas diferentes y en todo el país, más de 250 postres tradicionales. Según "Le Monde" nuestra gastronomía es considerada como una de las 3 grandes cocinas del mundo, al lado de la china y de la francesa y también de la India.
Hoy, Jesús nos revela que "ÉL ES EL PAN DEL CIELO", el que "DA LA VIDA ETERNA". Lógicamente, deberíamos buscar este alimento espiritual con mayor apetito que el alimento terreno. Las diferencias son evidentes. El pan material, me da la vida material. Si no lo como, muero. El pan espiritual me da la verdadera vida, la eterna. Si no me alimento de Él ME MORIRÉ ETERNAMENTE.
Ahora bien, ¿Por qué muchos no sentimos hambre de este Alimento, en especial, muchos jóvenes?
Creo que POR IGNORANCIA. Si alguien pierde el apetito material está enfermo. Si quiere sanar y vivir tiene que comer ("Enfermo que come no muere"). Consecuentemente, si no tengo apetito del Cuerpo de Cristo, ESTOY ENFERMO EN EL ALMA. Pero si NO como de Él: ME MORIRÉ ETERNAMENTE, ME CONDENARÉ.
Preguntémonos hoy: ¿COMULGO CON FRECUENCIA?, ¿TENGO APETITO DE LA EUCARISTIA? ó ¿HE PERDIDO LAS GANAS DE COMER? ¿QUÉ HACER?.

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