SÍNODO DE LOS OBISPOS (Del 7 al 20 de octubre de 2012)
"LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
PARA LA TRANSMISIÓN DE
LA FE CRISTIANA "
Misa
de Clausura. Homilía del Papa (Extracto)
El milagro de la curación del ciego Bartimeo ocupa un lugar relevante
en el Evangelio de Marcos. Está colocado al final del «viaje a Jerusalén», es
decir, la última peregrinación de Jesús a la Ciudad Santa para la Pascua , en donde lo espera
la pasión, la muerte y la resurrección.
Para subir a Jerusalén, desde el valle
del Jordán, Jesús pasó por Jericó, y el encuentro con Bartimeo tuvo lugar a las
afueras de la ciudad, mientras Jesús salía «de Jericó con sus discípulos y
bastante gente» (10,46); gente que, poco después, aclamará a Jesús como Mesías
en su entrada a Jerusalén. Bartimeo, que significa «hijo de Timeo», estaba sentado al borde del camino pidiendo
limosna. El Evangelio de Marcos es un itinerario de fe, que se desarrolla gradualmente
en el seguimiento de Jesús.
Los discípulos son los primeros
protagonistas de este paulatino descubrimiento, pero hay también otros personajes
importantes. Bartimeo es uno de éstos.
La suya es la última curación prodigiosa que Jesús realiza antes de su pasión.
No es casual que sea la de un ciego, es decir una persona que ha perdido la luz
de sus ojos. En los evangelios, la
ceguera significa al hombre que tiene necesidad de la luz de Dios, la luz
de la fe, para conocer verdaderamente la realidad y recorrer el camino de la
vida. Es esencial reconocerse ciegos, necesitados de esta luz, de lo contrario
se es ciego para siempre (Jn 9, 39-41).
Continuará...
EL
AÑO DE LA FE. BENEDICTO
XVI (Síntesis)
25 frases de la "Porta
fidei", anunciando el Año de la
Fe.
Ha
comenzado el 11 de octubre de 2012, en el 50º aniversario de la apertura
del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del
Universo, 24 de noviembre de 2013.
Recorrer y reactualizar la historia de la fe
20. Durante este tiempo, tendremos la
mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12,2): en él
encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La
alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza
del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la
muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación, de su
hacerse hombre, de su compartir con nosotros la debilidad humana para
transformarla con el poder de su resurrección. En él, muerto y resucitado por
nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado
los últimos dos mil años de nuestra historia de salvación.
Continuará...
¿En qué se
parece un "profe" a un termómetro?
En que,
cuando ambos marcan "cero", TODOS TIEMBLAN
Ja, ja,
ja...
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