BIENAVENTURADOS LOS POBRES


Los pobres de espíritu. No es precisamente la pobreza material la más preocupante. Estos pueden ser también aquéllos de los que dice el Señor: "Ay de los ricos": son los que inflados por el orgullo; creen que tienen ellos las soluciones a las dificultades de toda clase de problemas, ya sean de índole espiritual o material. La pobreza o la riqueza en lo material, tiene características que podemos considerar según el ánimo con que se sobrelleve o se soporte. El asunto de fondo, está en el deseo ambicioso o en el apego del corazón a las cosas materiales, o a todo lo intelectual o psicológico. Si estás ambicionando la sabiduría como tal, nunca encontrarás el gozo de lo que vas encontrando en ella; como también, si crees tener todo lo que ella te puede dar, entonces te vas quedando cada vez más vacío interiormente. La verdadera pobreza de espíritu es la humildad; la humildad es la verdad, y la verdad es que toda sabiduría procede de Dios, y El la da a quien a El le place, para que cumpla la misión que El le encomienda, dentro de la economía de su providencia divina. La soberbia, es esa “riqueza" que pierde al hombre, porque llega a creerse autosuficiente, hasta el punto de considerarse dios. Señor, Espíritu Santo, lléname con tus dones para que perciba lo que quieres de mí; para que me de cuenta de lo que esperas de mí cuando me infundes tus dones...

Se está ofreciendo el Semanario del Vaticano L´Osservatore Romano como distribución por inicio del año Paulino y el mes del Papa; estará todos los domingos a la venta en la entrada de la iglesia a S/.1.50

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