Lima, 10-08-2008 / Año 104 - Nº 5417 - 4000 ejemplares

AÑO PAULINO - Benedicto XVI
¿Quién es Pablo? En el templo de Jerusalén, ante la multitud agitada que quería matarlo, se presenta a sí mismo con estas palabras: "Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad (Jerusalén), instruido a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios... "(Hech. 22,3) Al final de su camino dirá de sí mismo: "Yo he sido constituido... maestro de los gentiles en la fe y en la verdad" (1Tm 2,7; cf 2Tm 1,11). "Maestro de los gentiles": esta expresión se abre al futuro, a todos los pueblos y a todas las generaciones. San Pablo no es para nosotros una figura del pasado, que recordamos con veneración. También para nosotros es maestro, apóstol y heraldo de Jesucristo.

BATALLAS INTERIORES
No siempre hacemos lo que nos gustaría hacer, pero muchas veces acabamos haciendo lo que detestamos. ¿Qué hacer? (cf Rm 7,14-25). Acéptate a ti mismo, en tus batallas interiores, sin autoflagelaciones. Dios te ama, con ese modo tuyo de ser, y comprende tus debilidades más que tú mismo. Comienza tus días con fe, esperanza, amor y energía. Sin ansiedades. Eres humano y estás lleno de imperfecciones. El cambio de vida es un proceso lento del crecimiento humano y espiritual.

LA ALEGRIA ES POSIBLE
La alegría es posible, porque necesita muy poco para florecer: un alma limpia, un corazón generoso y sentirse hijo de Dios.
La alegría es posible si sabemos olvidarnos de nosotros mismos, y pensamos en los demás.
La alegría es posible para quien no alberga odio alguno en su corazón y pone su confianza en Dios.
La alegría es posible para quien más espera poder dar mucho que recibir.
La alegría es posible si sabemos vivir un "cristianismo pascual", que es un cristianismo esperanzado, alegre, triunfal.

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