Lima, 31-08-2008 / Año 104 - Nº 5420

DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO
Dios a través de su palabra nos invita hoy a considerar el seguimiento de Cristo en la cruz y el dolor. El profeta Jeremías lucha con Dios al ser llamado a la denuncia y al anuncio. Pedro entabla una polémica con Jesús al hablar sobre su muerte y resurrección. Estamos llamados a ofrecer nuestras vidas a Dios sin mirar el costo. Pidamos hoy, la fortaleza suficiente pan poder seguir a Cristo.
1ª LECTURA: Jeremías 20, 7 - 9
LA PALABRA DE DIOS SE VOLVIO OPROBIO PARA MI

Jeremías lucha esforzadamente contra la llamada del Señor. No quiere ser oráculo de ruina y devastación. Pero la Palabra le devora interiormente y le obliga a predicar el mensaje.
SALMO: 62, 2.3-4.5-6.8-9
Respondemos: "Mi alma está sediento de ti, Señor, Dios mío"
2ª LECTURA: Romanos 12, 1 - 2
PRESENTEN SUS CUERPOS COMO HOSTIA VIVA

San Pablo nos invita, en esta lectura, a ser transformados como cristianos, ofreciendo nuestras propias personas como ofrenda a Dios.
EVANGELIO: Mateo 16, 21 - 27
EL QUE QUIERA VENIR CONMIGO, QUE SE NIEGUE A SI MISMO
Jesús nos habla claramente de lo que le espera: sufrimiento, humillaciones, muerte. Pedro, como portavoz de los demás discípulos se enfrenta a él, ya que todos desean un Mesías fuerte y glorioso Este mismo camino duro y difícil que le espera a Cristo será el de los que le sigan, sus discípulos.


DE UNA CARTA DE MADRE TERESA
El mal más grande de nuestros días es la falta de amor y de caridad, la terrible indiferencia hacia los hermanos, hijos de Dios, nuestro Padre celestial, que viven marginados, presa de la explotación, de la corrupción, de la pobreza, de la enfermedad. Puesto que la vida se abre ante vosotros, pido al Señor que comprendáis cada vez más profundamente, su auténtico sentido. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, que es Amor. Hemos sido creados por la mano de Dios, Amor infinito, para amarlo y ser amados por Él. Dios se hace uno entre nosotros, nuestro hermano Jesús, para ayudarnos a comprender qué es el Amor, para enseñarnos a amar. El servicio más grande que podéis hacer a alguien es conducirlo para que conozca a Jesús, para que lo escuche y lo siga, porque sólo Jesús puede satisfacer la sed de felicidad del corazón humano para la que ha sido creado. Aprended a amar tratando de conocer más profundamente a Jesús. De escuchado en la oración, en la meditación de sus palabras, y entraréis en la corriente del Amor Divino..."
EL GRAN CONFESOR DE LOS JOVENES
Suscitado por la Providencia divina para la educación de la juventud. Don Bosco estaba firmemente persuadido de que esa educación no se realiza sin los medios sobrenaturales, brindados por la religión católica, y entre estos medios prefirió la Confesión y la Comunión.

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