Lima, 05-10-2008 / Año 104 - Nº 5425

DOMINGO XXVII - TIEMPO ORDINARIO
La Sagrada Escritura nos ha dado diferentes imágenes de la Iglesia para ayudarnos a entender quienes somos. La liturgia de hoy presenta la Iglesia como una viña con Cristo, la verdadera Vid. Los viñadores son los líderes religiosos, mientras el hijo en el Evangelio es Jesucristo. Hoy debemos aceptar a los mensajeros de Dios y junto a ellos producir frutos de justicia y misericordia.
1ª LECTURA: Isaías 5, 1-7
LA VIDA DEL SEÑOR ES LA CASA DE ISRAEL
Vamos a escuchar un hermoso canto de amor del Señor por su Pueblo. La viña de que se va a hablar es el pueblo de Israel que Dios ha plantado y cuidado a lo largo de los siglos para que fuera su propio pueblo.
SALMO: 79, 9 y 12.13-14.15-16.19-20
Respondemos: "La viña del Señor es el Pueblo de Israel"
2ª LECTURA: Filipenses 4, 6-9
TODO LO QUE ES VIRTUD, TÉNGALO EN CUENTA
San Pablo aconseja orar a Dios con peticiones y acción de gracias. Luego insta a sus seguidores a practicar las virtudes que debemos practicar en nuestras relaciones con los demás. Si nuestra conducta está llena de fe, esperanza y amor traeremos paz a nuestros hermanos.
EVANGELIO: Mateo 21, 33-43
ARRENDARÁ LA VIÑA A OTROS VIÑADORES
En la parábola de hoy, el dueño de la tierra es Dios y los malos arrendatarios son los jefes del Pueblo de Dios. Ellos mataron los profetas y por fin al único hijo. La viña será entregada a otros, los que practican el bien y respondan a la gracia que Dios les da.
EL MENSAJE DE MADRE TERESA
Queridos jóvenes: el mal más grande de nuestros días es la falta de amor y de caridad: la terrible indiferencia hacia los hermanos, hijos de Dios, que viven marginados, presa de la explotación, de la corrupción, de la pobreza y de la enfermedad. Puesto que la vida se abre ante vosotros, pido al Señor que comprendáis cada vez más profundamente, su auténtico sentido. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, que es Amor. Hemos sido creados por la mano de Dios, Amor infinito, para amarlo y ser amados por Él. Dios se hace uno entre nosotros, nuestro hermano Jesús, para ayudarnos a comprender qué es el Amor, para enseñamos a amar El servicio más grande que podéis hacer a alguien es conducirlo para que conozca a Jesús. La vida es un don maravilloso de Dios. Ayudar a los pobres, material y espiritualmente, más que un deber es un privilegio. No dejéis que falsas metas de dinero, poder placer os conviertan en esclavos..."
EL GRAN CONFESOR DE LOS JOVENES
Don Bosco desarrolló una obra incansable de instrucción práctica y pastoral para guiar fieles y sobre todo a los jóvenes en el uso c lo más provechoso de este sacramento, que como ningún otro exige el concurso del sujeto, siendo los actos del penitente parte esencial del sacramento. La necesidad de la sinceridad en confesión, manifestando humildemente las heridas y debilidades, indicando en lo posible, también las causas y las ocasiones y dando cuenta del propósito hecho y de cómo se practicó. Sólo de esta manera se acostumbra uno "a pensar seriamente en sí mismo"

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