Lima, 30-11-2008 / Año 104 - Nº 5433

LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE
Benedicto XVI
Una campaña eficaz contra el hambre requiere, mucho más que un simple estudio científico para afrontar los cambios climáticos o para destinar en primer lugar la producción agrícola a la alimentación. Es necesario, ante todo, redescubrir el sentido de la persona humana, en su dimensión individual y comunitaria, a partir del fundamento de la vida familiar, fuente de amor y afecto, de la que procede el sentido de solidaridad y la voluntad de compartir. Este planteamiento responde a la necesidad de construir relaciones entre los pueblos basadas en una disponibilidad auténtica y constante para hacer que cada país sea capaz de satisfacer las necesidades de las personas, pero también de transmitir la idea de relaciones basadas en el intercambio de conocimientos recíprocos, de valores, de asistencia rápida y de respeto
AMIGOS Y AMIGAS
Los amigos y las amigas de verdad son riquezas inestimables. Celebran con nosotros las alegrías de nuestros logros, pero también son el hombre acogedor que se moja de lágrimas cuando situaciones incómodas nos angustian. Los amigos y las amigas de verdad son presencias agradables. Brillan como la luz del sol y las estrellas. Iluminan los momentos de vacío y abandono, con la misma intensidad con que transfiguran las horas relajadas y agradables de las confraternizaciones. Los amigos y las amigas de verdad son aquellos que nos escuchan, sin juzgar; hablan, sin herirnos. Se asemejan a la mansa brisa de las mañanas de primavera, que toca nuestro rostro con la ternura de quien sabe amarnos tal como somos. ¡Ama a tus amigos! ¡Ama a tus amigas! Jamás los decepciones. Son ellos la otra mitad que completa tu pasión por la vida.
EL HUMOR ES CRISTIANO
El humor de verdad, el que no hiere, sino que engendra más humor, toma la vida en su papel de ensayo, para la función del reino. El humor es vestir la vida de trajes pintorescos, porque vista así, a la luz de la verdad, la vida "fabricada" por los hombres tiene mucho de grotesca. Nada como el humor para resolver las situaciones absurdas, con garbo, soltura, delicadeza y también con alegría. Para esto va el servicio del humor, para redimir al mundo de la tentación de hacer estúpido lo que en verdad y en definitiva es santo. Es decir que el humor se convierte en caridad. El fallo más común del nombre moderno, por sus muchas ocupaciones, parece ser el mal humor, a pesar de tanta diversión. Los cristianos no nos tomamos en serio el gran apostolado de la alegría. Hacer reír es hacer más habitable la tierra. Si los hombres riesen más serían mejores. Estar alegre ante el bien y ante el mal no significa que estés riendo y bailando, ni representando el papel de un superficial e irresponsable optimista. Estar alegres, en definitiva es gozar de Dios, saberse cerca de él y sonreir.

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