Lima, 06-09-2009 / Año 105 - Nº 5473

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Dios, nuestro Padre, cada domingo reaviva en nosotros la gracia de Cristo resucitado. Es aquí que, en un intercambio maravilloso, nuestra vida, con sus esfuerzos y sus fracasos, integra la obra que Dios realiza a través de la historia de los hombres.
PRIMERA LECTURA: Isaías 35, 4-7a
LOS OIDOS DE LOS SORDOS SE ABRIRAN, LA LENGUA DEL MUDO CANTARA
El profeta Isaías anuncia que Dios mismo vendrá a salvar a su pueblo. Entonces los enfermos recobrarán la salud, y la misma naturaleza se transformará para el hombre.
SALMO: 145, 7.8-9a.9bc-10
Respondemos:
“Alaba, alma mía, al Señor”
SEGUNDA LECTURA: Santiago 2, 1-5
¿ACASO NO HA ELEGIDO DIOS A LOS POBRES PARA HACERLOS HEREDEROS DEL REINO?
Santiago observa como se trataba a ricos y pobres en las asambleas cristianas. Recuerda que Dios escogió a los pobres y que ellos son los herederos del Reino.
EVANGELIO: Marcos 7, 31-37
HACE OIR A LOS SORDOS Y HABLAR A LOS MUDOS
La profecía de la primera lectura encuentra en Jesús su realización, una realización que va más allá de la esperanza mesiánica. Se está sanado de la sordera del corazón para escuchar mejor la Palabra de Dios; se está sanado de la mudez para responder mejor a esa Palabra de Dios.
RECTA INTENCION
Es como la dirección que le ponemos a las obras que realizamos. Es como la dirección que se pone al sobre para enviar una carta; es el destino al que va dirigida una misiva. Cada acción nuestra tiene una dirección: o es para Dios o es para "nada" o es para viles deseos. ¿Dónde mandas tus obras? Tenemos que poner al principio del día la intensión a nuestros pensamientos, palabras, obras. Así nuestras obras tendrán el valor que les damos comenzando el día, para toda la jornada. Cuando pensamos hacer un obsequio a una persona, ponemos mucho empeño para que lo que hacemos sea lo mejor que salga de nuestras manos. Cuando ofrecemos las obras a Dios, nos obligamos a hacerlas con la mayor perfección, para que sean dignas de Él. Con la gracia de Dios y la recta intensión lograremos que todo salga del agrado de Dios y Él nos dará el premio a nuestros desvelos por Él a Dios," y sentiréis como cambiará vuestra vida.
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA HUMILDAD
También Don Bosco se esmera de continuo en hacer todo por Dios y se considera instrumento de Dios, del cual viene todo bien, para vencer los asaltos de la vanagloria: "Recordad siempre -decía- que Don Bosco no fue y no es sino un míseros instrumento en las manos de un artista habilísimo y omnipotente que es Dios; a Dios por tanto toda alabanza, honor y gloria".

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