Lima, 13-09-2009 / Año 105 - Nº 5474

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO
La experiencia de nuestra vida cristiana nos dice que no es siempre fácil seguir a Cristo. Necesitamos la luz que nos viene de la Palabra de Dios por medio de los profetas y de los Apóstoles. Corremos el peligro de fabricarnos un Cristo a nuestra conveniencia. No olvidemos nunca que el camino terrestre del Hijo de Dios pasó por el sufrimiento y la muerte en la Cruz.
PRIMERA LECTURA: Isaías 50, 5-9a
OFRECI LA ESPALDA A LOS QUE GOLPEABAN
En algunos pasajes de los oráculos del profeta Isaías encontramos la figura de un hombre de dolor. Los han llamado "los cantos del Siervo" y también “la Pasión según Isaías" ¿Aceptamos al Cristo, Siervo doliente, tal como el Profeta Isaías?
SALMO: 114, 1-2.3-4.5-6.8-9
Respondemos:
"Caminaré en presencia del Señor"
SEGUNDA LECTURA: Santiago 2, 14-18
LA FE, SI NO TIENE OBRAS, ESTA MUERTA
Santiago nos recuerda que la fe, si es auténtica, se manifiesta en obras y particularmente en obras de generosidad a favor de los hermanos necesitados.
EVANGELIO: Marcos 8, 27-35
TU ERES EL MESIAS... EL HIJO DEL HOMBRE TIENE QUE PADECER MUCHO

Pedro proclama su fe en Jesús y se lamenta enseguida, porque su Señor le habla de su próxima pasión y muerte. Pero Jesús es el "Siervo del Señor" y es necesario que sufra sin más consuelo que su confianza en Dios, como lo anunció Isaías.
RECTA INTENSION
Hoy es otro día y no puedo detener el reloj de la vida así gire en contra mío. Empero, sí puedo hacer que cada segundo y cada minuto valga, que mi vida no pase en vano, que mi existencia sirva para algo bueno, que cuando las manecillas del reloj hayan dado la vuelta al día, yo habré hecho decenas de cosas dignas y buenas... así podré controlar el áncora que regula el movimiento de mi vida y que oscila entre la luz y la sombra. El reloj puede ser barato, pero la hora hay que hacerla valiosa.
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA HUMILDAD
Se puede decir que la vanagloria es la tentación de los buenos, de los que hacen el bien. Las demás pasiones, en efecto, se ejercitan haciendo el mal. No se tiene vanagloria en cambio haciendo el mal, sino obrando el bien, practicando la virtud y el apostolado. Los que ya no ceden, pues, frente a otras tentaciones están expuestos sobre todo a la tentación de vanagloria.

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