Lima, 20-09-2009 / Año 105 - Nº 5475

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO
Si queremos realizar una auténtica comunidad cristiana debemos superar sin cesar las desigualdades y diferencias entre nosotros. Acojámonos, como conviene a hermanos que están en el mismo camino en pos de Cristo y encargados de la misma misión. Entonces, la Iglesia que formamos podrá anunciar verdaderamente la Buena Noticia
PRIMERA LECTURA: Sabiduría 2, 12.17-20
LO CONDENAREMOS A MUERTE HUMILLANTE
Toda la Escritura Santa nos invita a fijar nuestra mirada en Cristo muerto y resucitado. Ya en el Antiguo Testamento, la hostilidad contra el justo, tal como lo describe el libro de la Sabiduría, anuncia de manera profética la Pasión del Señor.
SALMO: 53, 3-4.5.6 y 8
Respondemos: "El Señor sostiene mi vida"
SEGUNDA LECTURA: Santiago 3, 16 - 4, 3

LOS QUE PROCURAN LA PAZ ESTAN SEMBRANDO LA PAZ
El apóstol Santiago nos pinta un cuadro de vida social, fundada en la justicia y la paz, pero quebrantada a menudo por los conflictos, que son el producto de la codicia.
EVANGELIO: Marcos 9, 30-37
QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA SERVIDOR DE TODOS

Sigue Jesús anunciando su pasión. Pero al mismo tiempo, Jesús dio a sus discípulos una lección de humildad y servicio; indicándoles hacerse servidor de sus hermanos, comenzando por los más pequeños. Servir a los niños, igual que servir a los pobres, es estar al servicio de Cristo.
LA MARIPOSA
Un caricaturista dibujaba un día un gusanito acongojado, porque estaba fabricando su última morada de gusano. Y otros gusanos pesarosos lloraban con él, vestidos de luto. Mientras tanto por encima de ellos revoloteaba alegre una hermosa mariposa, libre ya para siempre de la cáscara terrena. Es fácil ver que el artista quiso representar un entierro y hacer ver que cuando fallece un ser querido, aunque sea muy comprensible que haya sentimientos de pesar y de dolor, no le hacemos justicia a Dios ni a sus eternas promesas y nos lamentamos por el capullo vacío, en vez de fijar nuestra atención en la radiante mariposa. Para los que aman a Dios, la muerte no es una tragedia, sino una maravillosa liberación. Es liberarse del cuerpo que tantos inconvenientes causa. El cuerpo pasa, se enferma, siente dolores, se cansa. Entraremos a un nuevo mundo libre de esas ataduras; el final del camino no será sino el principio de la libertad verdadera. Nos reencontraremos con nuestros seres queridos que ya se adelantaron y con ellos gozaremos de la dicha celestial por siempre en el Dios de amor.
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA HUMILDAD
Comentando las tentaciones de Jesús, observa justamente San Cipriano: "Pensaba el demonio que podría lograr con Jesús lo que le resultaba tan bien con los demás: vencer con la vanagloria a los que no se dejaban vencer por otras tentaciones; por eso, después de haber tentado a Jesús de otras maneras, recurrió a este como a seguro e infalible expediente de victoria, no siendo cosa fácil el no gustar de las alabanzas".

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