EL MANDATO MISIONERO ES LA PRIMERA URGENCIA CRISTIANA
Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones
Benedicto XVI
La Iglesia tiene como misión "contagiar" de esperanza a todos los pueblos. Para eso Cristo llama, justifica, santifica y envía a sus discípulos a anunciar el reino de Dios, para que todas las naciones lleguen a ser pueblo de Dios. Sólo en dicha misión se comprende y autentifica el verdadero camino histórico de la humanidad. La misión universal debe convertirse en una constante fundamental de la vida de la Iglesia. Anunciar el Evangelio debe ser para nosotros, como la fue para el apóstol san Pablo, un compromiso impostergable y primario. La Iglesia universal, sin confines ni fronteras, se siente responsable del anuncio del Evangelio a pueblos enteros (cf. EN. 53). Ella, germen de esperanza por vocación, debe continuar el servicio de Cristo al mundo. Su misión y su servicio no son a medida de las necesidades materiales o incluso espirituales que se agotan en el marco de la existencia temporal, sino de una salvación trascendente, que se realiza en el reino de Dios (cf. ib. 27).
SE NECESITAN JOVENES: “TRANSMISORES DE ALEGRIA”
Se necesitan jóvenes que aporten: Ilusión: a quienes sienten en su alma desilusión y cansancio. Fuerza: a quienes por su edad, enfermedad u otras circunstancias están cansados y experimentan debilidad. Compañía: a los que viven en soledad. Alegría: a quienes están inmersos en un submundo de tristeza y amargura.
DAR LA VIDA POR ELLOS
Como Cristo dio la vida por los suyos, también los salesianos están prontos a dar la vida por sus chicos. En los jardines de la entrada del Instituto Técnico Salesiano, se erigieron dos monumentos al hecho heroico de dos salesianos que murieron ahogados en Barranca cuando salvaron a los chicos que estaban de vacaciones y tomaban un baño en ese mar. Ellos fueron: el Padre Miguel A. Córdova y el estudiante salesiano Ladislao Milharcic. Ellos dieron su vida. Salvaron a sus chicos de ahogarse pero ellos perecieron. LA NACION: AL ABNEGADO SACERDOTE MIGUEL A. CORDOVA DE LA ORDEN SALESIANA INMOLADO EL 24 DE FEBRERO DE 1936 EN LAS AGUAS DEL MAR DE BARRANCA POR SALVAR A SUS ALUMNOS. Y otra placa igual con el nombre de: LADISLAO MILHARCIC
Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones
Benedicto XVI
La Iglesia tiene como misión "contagiar" de esperanza a todos los pueblos. Para eso Cristo llama, justifica, santifica y envía a sus discípulos a anunciar el reino de Dios, para que todas las naciones lleguen a ser pueblo de Dios. Sólo en dicha misión se comprende y autentifica el verdadero camino histórico de la humanidad. La misión universal debe convertirse en una constante fundamental de la vida de la Iglesia. Anunciar el Evangelio debe ser para nosotros, como la fue para el apóstol san Pablo, un compromiso impostergable y primario. La Iglesia universal, sin confines ni fronteras, se siente responsable del anuncio del Evangelio a pueblos enteros (cf. EN. 53). Ella, germen de esperanza por vocación, debe continuar el servicio de Cristo al mundo. Su misión y su servicio no son a medida de las necesidades materiales o incluso espirituales que se agotan en el marco de la existencia temporal, sino de una salvación trascendente, que se realiza en el reino de Dios (cf. ib. 27).
SE NECESITAN JOVENES: “TRANSMISORES DE ALEGRIA”
Se necesitan jóvenes que aporten: Ilusión: a quienes sienten en su alma desilusión y cansancio. Fuerza: a quienes por su edad, enfermedad u otras circunstancias están cansados y experimentan debilidad. Compañía: a los que viven en soledad. Alegría: a quienes están inmersos en un submundo de tristeza y amargura.
DAR LA VIDA POR ELLOS
Como Cristo dio la vida por los suyos, también los salesianos están prontos a dar la vida por sus chicos. En los jardines de la entrada del Instituto Técnico Salesiano, se erigieron dos monumentos al hecho heroico de dos salesianos que murieron ahogados en Barranca cuando salvaron a los chicos que estaban de vacaciones y tomaban un baño en ese mar. Ellos fueron: el Padre Miguel A. Córdova y el estudiante salesiano Ladislao Milharcic. Ellos dieron su vida. Salvaron a sus chicos de ahogarse pero ellos perecieron. LA NACION: AL ABNEGADO SACERDOTE MIGUEL A. CORDOVA DE LA ORDEN SALESIANA INMOLADO EL 24 DE FEBRERO DE 1936 EN LAS AGUAS DEL MAR DE BARRANCA POR SALVAR A SUS ALUMNOS. Y otra placa igual con el nombre de: LADISLAO MILHARCIC
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