Lima, 11-10-2009 / Año 105 - Nº 5478

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Nuestras celebraciones, el Día del Señor, es un momento privilegiado de nuestra semana. El evangelio de hoy, a través del joven rico, nos plantea la necesidad ineludible de vida, de plenitud, de felicidad que busca todo hombre. No podemos detenernos, no dejarnos engañar por las falsas riquezas, no echarnos atrás ante las exigencias de dejarlo todo por el Señor, porque no podremos ser felices si alejamos nuestros pasos de Jesús.
PRIMERA LECTURA: Sabiduría 7, 7-11
EN COMPARACION DE LA SABIDURIA, TUVE EN NADA LA RIQUEZA
Más que el poder o la riqueza, más que la salud y la belleza, hay que desear la sabiduría, o sea la comunicación de Dios que quiere ayudarnos a vivir bien.
SALMO: 89, 12-13.14-15.16-17
Respondemos: "Sácianos, Señor, de tu misericordia"
SEGUNDA LECTURA: Hebreos 4, 12-13
LA PALABRA DE DIOS JUZGA EL CORAZON

En la carta a los Hebreos se nos dice que la Palabra de Dios es una fuerza viva, una luz y un atractivo que penetra, como una espada, hasta lo más profundo del alma y la transforma.
EVANGELIO: Marcos 10, 17-30
VENDE LO QUE TIENES Y SIGUEME

Lo mejor de las cualidades del hombre es su voluntad de buscar la sabiduría. Para nosotros, los cristianos, la sabiduría es Jesús. Por eso Jesús es el único que puede exigir al hombre que lo deje todo por seguirlo, y sólo Él le da al hombre la fuerza necesaria para responder a su llamamiento.
¿QUE SON LAS DESGRACIAS?
Cuando sucede un hecho desagradable nos disgustamos, y hay quienes se ponen hasta contra Dios. Esos hechos desagradables, deben hacernos fuertes para superar todo lo que no nos gusta y tendremos que vivir, porque siempre en este mundo pasaremos esos momentos. Un tema de reflexión nos puede hacer pensar. Nos cuenta Billie Wilcox: "Cuando vivía en Pakistán murió un hijo mío de seis meses, y un anciano penyabi que se había enterado de nuestra pena fue a consolarnos. Las desgracias, observó, nos hacen hervir como en agua. Si somos como el huevo nos endurecemos e insensibilizamos; en cambio si somos como la papa, saldremos del trance blandos y maleables”. "Quizá le haya sonado muy extraño a Dios, pero muchas veces le he implorado: "Señor mío hazme una papa." ¿Entendiste? Las dificultades te deben entrenar para superar los momentos difíciles.
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA HUMILDAD
Lo que se debe tener de mira en toda actividad es el mérito y no el honor y la gloria. El mérito además no está en proporción con la dignidad de la acción que se efectúa, sino con el grado del amor que se pone en ella. Don Bosco escribe con razón: "En la Congregación tanto da ser Director como sacristán. Una cosa sola tiene valor: hacer la voluntad de Dios". Un sacristán que hace la voluntad de Dios con amor, como un Director, tiene el mismo mérito, aunque el honor sea muy inferior. Hay, menor peligro de vanagloria en las acciones humildes que en las vistosas y estimadas.

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