EL MANDATO MISIONERO ES LA PRIMERA URGENCIA CRISTIANA
Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones
Benedicto XVI
La
Iglesia busca transformar el mundo con la proclamación del Evangelio del amor, "que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar (...) y así llevar la luz de Dios al mundo" (D.c.est 39). La misión de la Iglesia consiste, por consiguiente, en llamar a todos los pueblos a la salvación realizada por Dios a través de su Hijo encarnado. Así pues, es necesario renovar el compromiso de anunciar el Evangelio, que es fermento de libertad y de progreso, de fraternidad, de unidad y de paz (cf. A.G. 8). Deseo "confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia" (E.N. 14), tarea y misión que los amplios y profundos cambios de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes. Está en juego la salvación eterna de las personas, el fin y la realización misma de la historia humana y del universo.
SE NECESITA
N JOVENES QUE:
Empujen a otros jóvenes que viven atascados por culpa del hedonismo, la comodidad y el hastío. Ofrezcan optimismo para los marginados que malviven entre el pesimismo y la desesperanza. Denuncien con hechos y palabras las injusticias que se dan. Sepan cantarle a la vida con gratitud; sean libres de verdad; no se vendan por nada ni a nadie. Sean capaces de grandes y pequeñas cosas; vivan comprometidos con la verdad; tengan unos ideales nobles por los cuales valga la pena vivir y morir; sean capaces de amar de verdad engrandeciendo la vida.
JESUS PIENSA...
Que la vida, en definitiva, es para amar: el mandamiento más importante para los creyentes es el amor a Dios y al prójimo (cf. Mc 12, 29-31). Que el amor se traduce en servicio: “Yo no he venido al mundo a ser servido, sino a servir” (Mt 20,28). Toda la vida de Jesús fue de servicio. Su lema: servir hasta dar la vida por los demás. Que lo más importante es “vivir para los otros”, darse a los demás, entregarse por ellos: ayudar a todas las personas, especialmente a los enfermos, pecadores y pobres.
La
Iglesia busca transformar el mundo con la proclamación del Evangelio del amor, "que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar (...) y así llevar la luz de Dios al mundo" (D.c.est 39). La misión de la Iglesia consiste, por consiguiente, en llamar a todos los pueblos a la salvación realizada por Dios a través de su Hijo encarnado. Así pues, es necesario renovar el compromiso de anunciar el Evangelio, que es fermento de libertad y de progreso, de fraternidad, de unidad y de paz (cf. A.G. 8). Deseo "confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia" (E.N. 14), tarea y misión que los amplios y profundos cambios de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes. Está en juego la salvación eterna de las personas, el fin y la realización misma de la historia humana y del universo.SE NECESITA
N JOVENES QUE:Empujen a otros jóvenes que viven atascados por culpa del hedonismo, la comodidad y el hastío. Ofrezcan optimismo para los marginados que malviven entre el pesimismo y la desesperanza. Denuncien con hechos y palabras las injusticias que se dan. Sepan cantarle a la vida con gratitud; sean libres de verdad; no se vendan por nada ni a nadie. Sean capaces de grandes y pequeñas cosas; vivan comprometidos con la verdad; tengan unos ideales nobles por los cuales valga la pena vivir y morir; sean capaces de amar de verdad engrandeciendo la vida.
JESUS PIENSA...
Que la vida, en definitiva, es para amar: el mandamiento más importante para los creyentes es el amor a Dios y al prójimo (cf. Mc 12, 29-31). Que el amor se traduce en servicio: “Yo no he venido al mundo a ser servido, sino a servir” (Mt 20,28). Toda la vida de Jesús fue de servicio. Su lema: servir hasta dar la vida por los demás. Que lo más importante es “vivir para los otros”, darse a los demás, entregarse por ellos: ayudar a todas las personas, especialmente a los enfermos, pecadores y pobres.
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