Lima, 08-11-2009 / Año 105 - Nº 5482

EL HEROISMO DE LOS SANTOS
Benedicto XVI
¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?" (Mc 10, 17-30). No conocemos muchos detalles sobre este anónimo personaje; sin embargo, con los pocos rasgos logramos percibir su deseo sincero de alcanzar la vida eterna llevando una existencia terrena honesta y virtuosa. De hecho conoce los mandamientos y los cumple fielmente desde su juventud. Pero todo esto, que ciertamente es importante, no basta -dice Jesús-; falta sólo una cosa, pero es algo esencial. Viendo entonces que tenía buena disposición, el divino Maestro lo mira con amor y le propone el salto de calidad, lo llama al heroísmo de la santidad, le pide que lo deje todo para seguirlo: "Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres... ¡y ven y sígueme!" (v.21). He aquí la vocación cristiana que surge de una propuesta de amor del Señor, y que sólo puede realizarse gracias a una respuesta nuestra de amor. Los santos captan esta exigente invitación y emprenden, con humilde docilidad, el seguimiento de Cristo crucificado y resucitado. Su perfección es la lógica de la fe a veces humanamente incomprensible, consiste en no ponerse ya ellos mismos en el centro, sino en optar por ir a contracorriente viviendo según el Evangelio.
¡CONTAMOS CONTIGO!
Para construir un mundo mejor de PAZ Y AMOR; para caminar juntos hacia la LUZ; para encontrar la LIBERTAD verdadera; para ser HOMBRES NUEVOS; para llenar el MUNDO de alegría; para dar a manos llenas con GENEROSIDAD; para sembrar el BIEN y la VERDAD; para ser portadores de ESPERANZA; para seguir las huellas de JESUS. ¡Contamos contigo!, ¿estás dispuesto?... ¡Animo, y a comenzar!
RAICES DEL BIEN
¡Comienza tus días con nobleza de sentimientos, y tus actitudes tendrán grandeza! Desvincúlate de todo tipo de vulgaridad. Ciérrate al pesimismo y a la maledicencia. Ejercítate en la discreción, en el silencio y en la cordialidad. Aliméntate apenas de aquello que enriquece interiormente. Sé una persona positiva y alegre; de aquellas que contagian y levantan el ánimo en cualquier ambiente: en la familia, en el trabajo, en el descanso... en todo lugar. Así colaboras para que ellas, sintiéndose bien, hagan crecer su autoestima. ¡Y tú también creces! ¡En la vida solo crece quien hace crecer al otro!

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