Lima, 08-11-2009 / Año 105 - Nº 5482

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO
Cada domingo examinamos nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios y aportamos lo mejor de nosotros mismos en la Eucaristía. Tomemos conciencia que nuestra oración y nuestra ofrenda de este día debe ser la culminación de una semana de trabajo, de generosidad, de entrega de sí mismo.
PRIMERA LECTURA: 1 Reyes 17, 10-16
LA VIUDA HIZO UN PAN Y LO LLEVO A ELIAS
Elías es profeta de Israel; he aquí que pide de comer a una viuda que vivía de limosna. Esta pobre mujer le va a dar lo poco que tiene. ¡Qué admirable ejemplo!
SALMO 145; 7.8-9a. 9bc-10
Respondemos: "Alaba, alma mía, al Señor"
SEGUNDA LECTURA: Hebreos 9, 24-28
CRISTO SE HA OFRECIDO UNA SOLA VEZ PARA QUITAR LOS PECADOS DE TODOS
Este trozo de la carta a los Hebreos nos presenta a Cristo, verdadero Sacerdote que entró en el cielo mismo, después de un sacrificio único y definitivo.
EVANGELIO: Marcos 12, 38-44
ESA POBRE VIUDA HA ECHADO MAS QUE NADIE
El episodio de la viuda de Sarepta nos ha preparado al relato evangélico. También aquí se trata de una viuda pobre. En ambos casos es un gesto fantástico, carismático. Dios no se fija en lo exterior: sólo en lo que pasa en el corazón.
TU MEDITACION
Es difícil entender cómo uno que se dice buen cristiano, pueda estar bien atento a las cosas que hace, si no se ejercita en la meditación. Consideremos a cualquier persona que va a realizar alguna actividad para la que necesita todas sus energías; siempre toma un tiempo para concentrarse; evita toda dispersión hacia lo que no sea aquello que va a realizar; y una vez que centró todas sus potencias, se lanza a la acción: un yoga, un karateca, un nadador, se concentran antes de la acción; ¿y el cristiano, laico o religioso? Se ve a tantos religiosos y laicos comprometidos, que no practican ese modo necesario e imprescindible para centrarse en Dios íntimamente; ese modo que no puede ser otro que la meditación personal. Meditación y no otra cosa que "supla". Nada suple a ese momento de concentración de meditación. Quien quiera vivir cerca del Señor, quien quiera agradar al Señor Jesús, debe tenerlo siempre presente en todas sus actividades; identificarse con Él. Lo único que lo centra en Él es dirigir todas sus potencias, cada vez más exclusivamente a Él. Para identificarse con Él. ¿Cómo actuará como “otro Cristo" si no se identifica con Cristo? De lo contrario todo su obrar será sólo egoísmo, soberbia, hipocresía. Muchas palabras, pero al final que no suceda aquello de -"Señor, Señor..."- Y Él responderá: “No te conozco".
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA CASTIDAD
Para comprender la incontrastable necesidad de la castidad, es menester partir de una segura visión de fe: "vosotros sois templos de Dios y el espíritu Santo mora en vosotros" (1 Co 3,16). El Espíritu Santo está en nosotros para santificarnos y divinizarnos, y nuestro cuerpo es el templo vivo del Espíritu Santo y el instrumento de esta divinización. Síguese de esto, por consiguiente, una obligatoria exigencia de gran respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás, una entrega total al Espíritu Santo, huésped nuestro, para servirle a Él y no más a las pasiones inmundas, contrastando al Espíritu de Dios.

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