Lima, 13-12-2009 / Año 105 - Nº 5487

TECER DOMINGO DE ADVIENTO
ALEGRIA Y JUBILO
Lucas 3, 10-18
El mundo de hoy va siempre en busca de la alegría, pero no todos la alcanzan de igual manera. A muchas personas les resulta muy difícil creer que el cristianismo es fuente alegría. Hoy la Palabra de Dios nos exhorta a estar alegres. ¿Por qué? El señor está, cerca. Ya viene. ¡Preparémonos bien, como buenos hijos de Dios!
PRIMER LECTURA: Sofonías 3, 14-18a
EL SENOR SE ALEGRA CON JUBILO EN TI
En la primera lectura resuena el canto jubiloso del profeta Sofonías anunciando la restauración de Jerusalén. El profeta ve a Jerusalén libre de su condenación. Esta lectura nos enseña que el amor hace nuevas todas las cosas.
SALMO: Isaías 12, 2-3.4bcd. 5-6
Respondemos: “Griten jubilosos. Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel"
SEGUNDA LECTURA: Filipenses 4, 4-7
SEÑOR ESTA CERCA
La certeza de la venida del Señor debe quitarnos toda inquietud. La bondad debe manifestarse en todos los cristianos y la paz será un fruto de esta alegría.
EVANGELIO: Lucas 3, 10-18
¿QUE HACEMOS NOSOTROS?
San Lucas nos transmite las normas de conducta que san Juan Bautista presentaba para recibir la inmensa alegría del perdón y de las promesas mesiánicas. Para encontrarse con Jesús no hace falta huir del trabajo ni de la vida diaria. La alegría cristiana consiste en compartir con el prójimo lo que hemos recibido de Dios.
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
Inicio: En el nombre del Padre y del Dijo y del Espíritu Santo.
Invitación: En este tercer domingo de adviento se nos invita una vez más a la conversión. Convertirnos es aceptar a Dios y a nuestros hermanos; vivir plenamente nuestra vida llena de luz, alegría y felicidad, para comunicarla a los demás. Al encender hoy tres velas de la corana de adviento, expresamos nuestro gozo porque se acerca el Señor, y el deseo de estar siempre alegres en el Señor (breve silencio)
Todos: Concédenos, Señor permanecer atentos a la venida de tu Hijo, para que cuando llegue y llame a la puerta nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza. Padre de bondad, queremos pedirte un corazón humilde y sencillo, como el pesebre en que tu Hijo nació, para saber acoger de ti la vida y la alegría verdadera que llena de auténtica felicidad nuestras vidas. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Todos: Padre nuestro...; Ave María...; Gloria...
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA CASTIDAD
La castidad es fruto de la voluntad fuerte y operativa. Es necesario querer, para refrenar los sentidos rebeldes. Se necesitan firmes convicciones; voluntad tenaz de conquista y de mortificación: en el mirar, en el comer y beber. Sin estas cosas el alma queda como sepultada en la carne. El Señor nos recuerda que sin él no podemos hacer nada y sobre todo a la lucha por la castidad.

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