Lima, 03-01-2010 / Año 106 - Nº 5490

EL AMOR ES ENERGIA DEL ALMA Y PLENITUD DEL HOMBRE
Benedicto XVI
Una de las primeras obras de Guillermo de Saint-Thierry, se titula "La naturaleza y la dignidad del amor". En ella se expresa una de las ideas fundamentales de Guillermo. La energía principal que mueve al alma humana -dice- es el amor. La naturaleza humana, en su esencia más profunda, consiste en amar. En definitiva, a cada ser humano se le encomienda una sola tarea: aprender a querer, a amar de modo sincero, auténtico y gratuito. Pero sólo en la escuela de Dios se realiza esta tarea y el hombre puede alcanzar el fin para el que ha sido creado. Escribe Guillermo: "El arte de las artes el arte del amor... El amor es suscitado por el Creador de la naturaleza. El amor es una fuerza del alma, que la conduce como por un peso natural al lugar y al fin que le es propio. Aprender a amar requiere un camino largo y arduo, que Guillermo articula en cuatro etapas, según las edades del hombre: la infancia, la juventud, la madurez y la vejez. En este itinerario la persona debe imponerse una ascesis eficaz, un fuerte dominio de sí mismo para eliminar todo afecto desordenado, toda concesión al egoísmo, y unificar la vida en Dios, fuente, meta y fuerza del amor, hasta alcanzar la cumbre de la vida espiritual, que Guillermo define como "sabiduría".
LAS DIMENSIONES DE LA VIDA HUMANA
La vida del ser humano tiene cuatro dimensiones a las que debemos atender y que debemos desarrollar en la medida de nuestras posibilidades. Son la física, la mental o intelectual, la emocional y la espiritual. Cada una de estas dimensiones realiza una función distinta y puede contemplarse de manera independiente. Las veremos de forma separada.
AMIGOS Y ESTRELLAS
Los amigos de verdad se asemejan a las estrellas del cielo. Es en la oscuridad de la noche cuando el brillo de su rostro se revela. Cuanto mayor es la oscuridad, tanto mayor es el brillo de las estrellas. Cuanto mayor es la tribulación, tanto mayor y más sentida es la presencia de los amigos. Obviamente, la comparación es válida apenas en términos de calidad. Tratándose de cantidad, la distancia entre los amigos y las estrellas es inimaginable. Mira al cielo: las estrellas son incontables. Mira alrededor: sientes a flor de piel que los verdaderos amigos y amigas son pocos... ¡un privilegio sin par! Cultiva cada vez más amigos y amigas de verdad. ¡Son tesoros escasos y preciosos!

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