Fundado: 24-04-1904 Lima, 07-03-2010 / Año 106 - Nº 5499 - 4000 ejemplares

FRUTOS DE VIDA CRISTIANA
Lucas 13, 1-9
§ Las lecturas del día de hoy nos invitan a la conversión y no hay conversión sin trabajo espiritual, sin penitencia. Dice el Señor: "Si no os convertís todos pereceréis" Hay un doble objetivo: purificamos y ofrecer en expiación por los pecados. El propósito debe ser usar estrategias para crear en nosotros hábitos conformes a la ley de Dios. Una corrección nos hace sufrir, es dolor, es penitencia, pero el objetivo no es sufrir por sufrir, sino precisamente crear en nosotros hábitos de conducta. Y pagar en unión con Cristo, al Padre, como expiación por los pecados cometidos. Hacer penitencia es aceptar nuestra dependencia de Dios.
§ La penitencia ¿es de otros tiempos? No. Antes bien, la vida moderna nos obliga a hacer una serie de "penitencias" sin sentido de eternidad. ¿Acaso la moda no obliga a usar atuendos no cómodos para lucir mejor? Vestidos, zapatos, y otros. ¿Y la penitencia como punto de vista médico? ¿Acaso para cuidar la salud no se hacen cantidad de sacrificios? En comidas, en golosinas, privarse del fumar, etc. Son cosa buena pero que, para la vida eterna no tienen ningún valor.
§ Dios nos ayudará, porque Él siempre cuida de sus hijos. Siempre atento, activo, paciente. "Yo soy el que soy", le dice a Moisés, y Moisés, que no se muestra muy entusiasta, entiende que debe afrontar las dificultades porque Dios está con él. Creerse fuerte, sin Dios, es ser frágil. Aceptemos nuestra dependencia.

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