Lima, 18-04-2010 / Año 106 - Nº 5505

Mensaje Papa Benedicto XVI a los jóvenes
Con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud
2. JESUS LE MIRO Y LE AMO

En el relato evangélico, san Marcos subraya cómo Jesús, fijando en él su mirada, le amó" (cfr Mc 10,21). En la mirada del Señor está el corazón de este especialísimo encuentro y de toda la experiencia cristiana. De hecho el cristianismo no es en primer lugar una moral, sino experiencia de Jesucristo, que nos ama personalmente, jóvenes o viejos, pobres o ricos; nos ama también cuando le damos la espalda. Comentando la escena, el Papa Juan Pablo II añadía, dirigido a vosotros jóvenes: "¡Os auguro que experimentéis una mirada así! ¡Os auguro que experimentéis la verdad de que él, el Cristo, os mira con amor!" (Carta a los jóvenes, n.7). Un amor, manifestado en la Cruz de manera tan plena y total, que hace escribir a san Pablo con estupor: "me amó y se entregó a sí mismo por mi" (Gal 2,20). "La conciencia de que el Padre nos ha amado desde siempre en su Hijo, de que Cristo ama a cada uno y siempre -escribe aún el papa Juan Pablo II- se convierte en un punto firme de apoyo para toda nuestra existencia humana" (Carta a los jóvenes, n.7), y nos permite superar todas las pruebas: el descubrimiento de nuestros pecados, el sufrimiento, el desánimo. En este amor se encuentra la fuente de toda la vida cristiana y la razón fundamental de la evangelización: ¡si verdaderamente hemos encontrado a Jesús no podemos menos que dar testimonio de Él a todos aquellos que aún no han cruzado la mirada con él!
LA FUERZA DEL AMOR
Es de mañana... ¡siente el perfume del día que tienes por delante, con sus venturas y desventuras, sus alegrías y tristezas! ¡No tengas miedo de las exigencias de la vida! Cuando los temporales te impidan visualizar los horizontes, no des alas al derrotismo. Los temporales pasan a medida que son encarados con audacia y coraje. Ninguna tempestad es tan terrible que no pueda ser superada por la fuerza que nace del amor. ¡Amor a la vida! ¡Ten fe en Dios! ¡Cree en ti mismo! A Dios no le gusta proceder solo. Él quiere tu mano, tu fuerza de voluntad, tu determinación. Dios tiene confianza en ti. Está siempre cerca. ¡Nunca se ausenta! ¡No dudes, por tanto, cuando seas molestado por algún temporal inesperado! Con fe en la presencia de este Dios que no se ausenta, tú moverás montañas.
CAMBIA DE VIDA...
No continúes por el camino vulgar de una vida cómoda, sin exigencias, sin esfuerzo, sin superación. No continúes por la senda mediocre de los que nunca tuvieron una preocupación, ni iluminaron su alma con un ideal. No temas las cumbres, ni las ascensiones. Ama la belleza de las alturas. Gusta y disfruta de los encantos superiores de una vida que lucha con la frescura encantadora de su interior y que con el vigor espiritual de su alma busca una vida ideal.

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