Fundado: 24-04-1904 Lima, 16-05-2010 / Año 106 - Nº 5509 - 4000 ejemplares

LA ASCENCION DEL SEÑOR: La alegría de ser tu testigo
Lucas 24, 46-53
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La solemnidad de la Ascensión del Señor nos hace vivir uno de los muchos aspectos paradójicos de la vida cristiana, que la hacen tan adecuada a las exigencias más profundas del corazón humano. Un corazón desgarrado entre su estar en la tierra y, al mismo tiempo, tener su casa ya en los cielos.
§ Cuando Jesús anunció, durante la última cena, su propio "éxodo" ya próximo, predijo que ese acontecimiento produciría tristeza en sus discípulos. Lucas, por el contrario, describe a los apóstoles que vuelven a Jerusalén tras haber visto desaparecer a Jesús de su mirada "rebosantes de alegría". ¿No hay aquí una contradicción?
§ Es preciso hablar de dos tipos diferentes de alegría. Jesús ha dicho: "Sabed que yo estoy con vosotros todos los días", pero también nosotros podemos decir que, en cierto sentido, estamos siempre con Él allí donde Él ha subido con nuestra humanidad a la derecha del Padre, porque el Bautismo nos ha incorporado profundamente a Él. Por consiguiente, también nosotros tenemos el cielo como patria.
§ Nuestra alegría será, en consecuencia, proporcional a la fe conque vivamos, a la certeza con que creamos que ahora, después de que Jesús ha llevado a cumplimiento a la voluntad del Padre en el misterio pascual, ya nada es para el hombre como antes. Dios está con nosotros y nosotros estamos con Él, siempre.

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