Lima, 02-05-2010 / Año 106 - Nº 5507

V DOMINGO DE PASCUA
Hermanos en Cristo, estamos celebrando el tiempo de la alegría en el Señor. Nuestro gozo ha empezado aquí pero Cristo nos revela que habrá una creación al fin del mundo. Mientras tanto, tenemos que continuar la misión de Cristo aquí en la tierra. Básicamente es amarse unos a otros.
PRIMERA LECTURA: Hechos de los Apóstoles 14, 21b-27
CONTARON A LA IGLESIA LO QUE DIOS HABIA HECHO POR MEDIO DE ELLOS
La primera lectura nos habla sobre la primera misión de Pablo y Bernabé. Ellos regresaron a su gente exhortándolos a perseverar en la fe y subrayando las tribulaciones que vendrán. Pero, sobre todo, ellos contaron lo que Dios hizo por medio de ellos.
SALMO 144, 8-9.10-11.12-13ab
Respondemos: "Bendeciré tu nombre por siempre, Dios, mío mi rey"
SEGUNDA LECTURA: Apocalipsis 21, 1-5a
DIOS SECARA LAS LAGRIMAS DE SUS OJOS

En una visión san Juan ve un cielo nuevo y una nueva tierra, que es la Iglesia triunfante. Ese triunfo comienza en la tierra. Dios convive con nosotros y espera el final de nuestra noche en la tierra para llenarnos de alegría. Si participamos, si sentimos y vivimos con la Iglesia aquí, gozaremos en el cielo.
EVANGELIO: Juan 13, 31-33a.34-35
LES DOY UN MANDAMIENTO NUEVO: QUE SE AMEN UNOS A OTROS
El Evangelio de hoy es parte del discurso de despedida del Señor, en la Ultima Cena. Como Cristo fue glorificado a través de su pasión y muerte, lo mismo va a pasar con su Iglesia. Cristo nos da un nuevo mandamiento el del Amor mutuo.
TODO LO HIZO DIOS PARA SU GLORIA
Cierto día, caminando por la calle, vi a un ciego y pensé: Qué bueno es Dios conmigo porque me ha dado la vista que este ciego no tiene; y al meditar en este hecho me di cuenta más claramente que Dios tiene sus objetivos en cada circunstancia de la vida de los hombres, porque: El ver a ese ciego me hizo pensar en El, en Dios, que es la sabiduría infinita; en El a quien sólo hay que glorificar. Y precisamente ese ciego, aunque él no lo supiera, había sido instrumento para que otra criatura, yo, elevara en ese momento, por ambos, la mente a Dios a quien hay que tener siempre presente en todos los instantes de la vida. ¿Acaso no es ya cumplir un cometido, si alguien, contemplando la condición de un semejante, le agradece a Dios la circunstancia que sirve para recordarlo, para agradecerle los dones recibidos? ¿No es parte del canto que todas las creaturas elevan al Creador, dándole gracias, glorificándolo, amándolo, por habernos hecho existir? Aún en las carencias, aún en las dificultades.
DON BOSCO Y LA FORMACION EN EL TRABAJO
"Hoy día -exhorta Don Bosco- además de rezar, que nunca debe faltar, es menester trabajar, trabajar intensamente; de lo contrario se va a la ruina" "No lamentos, sino acción", es la voz que bajo del solio de Pedro. "Estamos en tiempo -observa Don Bosco- en que es menester trabajar. El mundo se ha materializado; por eso es necesario trabajar y hacer conocer el bien que se obra". "El mundo actual quiere ver las obras" "También los malos saben apreciar cuando se trabaja verdaderamente sin interés y se trabaja mucho". La iglesia se preocupa hoy más que nunca por cristianizar el trabajo. La fiesta de San José Obrero, fijada para el primero de mayo, es de ello prueba elocuente.

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