Lima, 09-05-2010 / Año 106 - Nº 5508

VI DOMINGO DE PASCUA
Seguimos viviendo el gozo y la alegría de la Resurrección del Señor. La liturgia de hoy es una anticipación de la fiesta de Pentecostés. La primera lectura nos explica el trabajo del Espíritu Santo en la Comunidad primitiva.
PRIMERA LECTURA: Hechos de los apóstoles 15, 1-2.22-29
HEMOS DECIDIDO, EL ESPIRITU SANTO Y NOSOTROS, NO IMPONERLES MAS CARGAS QUE LAS INDISPENSABLES
La primera lectura nos relata una parte del Primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén. Había diferentes opiniones. Hubo discusiones fuertes. Al final: de acuerdo con toda la Iglesia tomaron una decisión conforma al Espíritu Santo que los inspiraba.
SALMO 66, 2-3.5.6 y 8
Respondemos: "Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben"
SEGUNDA LECTURA: Apocalipsis 21, 10-14.22-23
ME ENSEÑO LA CIUDAD SANTA, QUE BAJABA DEL CIELO
En una visión del nuevo cielo al fin del mundo, san Juan vio algo maravilloso. No había templo porque el templo es el Cordero. La luz que iluminaba la ciudad es la gloria de Dios y del Cordero. Esto nos quiere decir que la Iglesia está sentada sobre Cristo el Cordero de Dios.
EVANGELIO: Juan 14, 23-29
EL ESPIRITU SANTO LES IRA RECORDANDO TODO LO QUE LES HE DICHO

En este pasaje de su testamento, Jesús nos habla de su intimidad personal: el que ama a Cristo, el Padre y Cristo establecen su morada en él; el Espíritu Santo va a ser el agente que interprete la Palabra de Dios, pero no aisladamente, sino en la Iglesia.
SED DE INFINITO
¡Comienza siempre tus días refugiándote en el desierto del Amor, en la dulce soledad del encuentro con Dios! Con Él al frente, en ningún momento vacilarás. Lo que Dios te dice, en estos encuentros diarios, se asemeja a las lluvias mansas que, de a poquitos, van impregnando la tierra de fertilidad. Es tierra, que se deja seducir, es tu corazón, ¡un corazón humano, con hambre de amor, con sed de infinito! Quien no bebe, quien no se embriaga en las fuentes del encuentro con el Eterno, se cierra a la Gracia. ¡Indiferente a los valores que no pasan, acaba creando para sí la soledad amarga de una vida sin luz, sin ternura, porque sin Dios, no hay amor! Quien atraca su barco en el puerto seguro de la soledad con Dios es como las plantaciones bien cuidadas: da fruto en el tiempo fijado, y todo lo que hace es bien recibido (cfr. Sal 1,5)
DON BOSCO Y LA FORMACION EN ELTRABAJO
Decía Don Bosco: "Cuando comienza a introducirse el ocio, la casa queda en breve arruinada; mientras se trabaje mucho, en cambio, no habrá ningún peligro para vosotros". Don Bosco enseña, en efecto, a santificar el trabajo "con la recta intención, con actos de unión con el señor y la Santísima Virgen". Quiere que se trabaje "con fe, con esperanza, con caridad".

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