Lima, 30-05-2010 / Año 106 - Nº 5512

LA FE SIN COMPLEJOS PARA QUE BRILLE LA LUZ DE CRISTO
Benedicto XVI
En nuestro tiempo, cuando en vastas regiones de la tierra la fe corre el riesgo de apagarse como una llama que se extingue, la prioridad más importante de todas es hacer presente a Dios en este mundo y facilitar a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor hasta el extremo (cfr Jn 13,1), en Cristo crucificado y resucitado. Queridos hermanos y hermanas, adorad en vuestros corazones a Cristo Señor (cfr 1P 3,15). No tengáis miedo de hablar de Dios y de mostrar sin complejos los signos de la fe, haciendo resplandecer a los ojos de vuestros contemporáneos la luz de Cristo que, como canta la Iglesia en la noche de la Vigilia pascual, engendra a la humanidad como familia de Dios.
LLEGAR A LA CUMBRE
Son muchos los que aman las alturas, pero muy pocos los que quieren subir por el camino lleno de abnegación y sacrificios que conduce a ellas. Quisiéramos tal vez ascensores eléctricos que en un día nos subieran a las cumbres, desconociendo que para escalar las alturas de la propia perfección no sirven estos inventos. ¡Cuántas vidas inútiles pasan por el camino de la vida! No han comprendido el sentido de la vida y la van derrochando a la carrera, sin saber adónde van... No sienten el impulso de un ideal, de un amor grande, porque carecen de la solidez de un fe viva, y ponen sus miradas solamente en las cosas que con ellas pasan.
ENRUMBARE MI VIDA
A partir de ahora, enrumbaré mi vida hacia el bien, como si fuera una gran embarcación, dirigiré la proa hacia la mar buena y feliz de esta vida. Ninguna tempestad, ni movimiento telúrico podrá arrastrarme y hundirme en el fracaso, tengo fe y eso le da una gran fortaleza a mi espíritu, para no doblegarme con ningún obstáculo que se presenta en la travesía de mi vida. Alimentaré siempre mi espíritu de buenos deseos y nobles ideales. Mi corazón será la fuente que emane sentimientos de bondad y prosperidad, eso atraerá que soplen los buenos vientos a favor mío.

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