Fundado: 24-04-1904 Lima, 18-07-2010 / Año 106 - Nº 5519 - 4000 ejemplares

UNA VIRTUD CRISTIANA: LA HOSPITALIDAD
Lucas 10, 38 - 42
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En la primera lectura vemos cómo Abraham al ver a esos tres hombres, reconoce en ellos a Dios y se dispone a servirlos superando cualquier incomodidad. San Pablo también nos deja ver cómo, a pesar de todo los problemas y persecuciones él se entrega con gozo y admiración para que la Iglesia se configure a la realidad de Cristo Señor.
§ En el Evangelio leemos que siguiendo su camino Jesús se hospeda en casa de Marta y María, donde el Señor resucitó al hermano de ellas: Lázaro. Marta, se preocupa en preparar lo necesario para el recibimiento del Señor, a quien también ella ama y reconoce como el Cristo. María, en cambio, escucha al Señor. Parecería que no le importan los desvelos de su hermana. Marta reclama como forzando a Jesús: "¿No te importa que mi hermana me haya dejado sola en el servicio?" Jesús da una respuesta inesperada: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; María ha escogido la mejor parte y no se la quitarán " La enseñanza es clara. La queja de Marta provenía de un interés muy humano. El éxito personal. Hay una vida contemplativa que siguió María. Marta es la que representa la vida activa.
§ Trabajar para que la Iglesia sea la encarnación de Cristo. Es lo que vive Pablo, a pesar de los problemas, no se desanima y lucha y supera los problemas sin quejarse. Su único deseo es que Cristo reine y que la Iglesia se extienda en el mundo entero. Hacer el bien sin esperar gratitud humana que es desviación fatal, que hace que nuestra fe no tenga la vitalidad con que debe dirigirse a Dios. El camino es esperarlo todo de Dios, como Abraham, como Pablo, como María y Marta, como todos aquéllos que han pasado su vida sirviendo a Dios

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