Lima, 25-07-2010 / Año 106 - Nº 5520

LA CELEBRACION DE NUESTRA EUCARISTIA
Benedicto XVI
La Eucaristía celebrada nos impone y, al mismo tiempo, nos hace capaces de ser también nosotros pan partido para los hermanos, saliendo al encuentro de sus necesidades y entregándonos nosotros mismos. Por esto una celebración eucarística que no lleve a encontrarse con los hombres allí donde viven, trabajan y sufren, para llevarles el amor de Dios no manifiesta la verdad que encierra. Para ser fieles al misterio que se celebra en los altares, como nos exhorta el apóstol san Pablo, debemos ofrecer nuestro cuerpo nuestro ser, como sacrificio espiritual agradable a Dios (cf Rom 12, 1) en las circunstancias que requieren hacer que muera nuestro yo y constituyen nuestro "altar" cotidiano. Los gestos de compartir crean comunión renuevan el tejido de las relaciones interpersonales, inclinándolas a la gratuidad y al don, y permiten la construcción de la civilización del amor. En un tiempo como el actual de crisis económica y social, seamos solidarios, para ofrecer a todos la esperanza de un mañana mejor y digno del hombre. Si vivimos realmente como discípulos del Dios-caridad, ayudaremos a los hermanos a descubrir que son hermanos e hijos del único Padre.
LA REALIZACION DE LA VIDA
La vida humana se realiza en su sentido humano cuando ha logrado interiorizar lo afectivo del valor en su misma existencia y en la relación que establece con sus semejantes. Por tanto, la vida humana tiene sentido si en ella se consigue realizar valores, y el primer valor es realizar el don de la vida. El sentido de la vida se inicia cuando el ser humano da una mirada a su interior, una mirada de autorreflexión; pero el hombre está en la posibilidad de enriquecer su vida cuando descubre la oportunidad de darle un mayor sentido. La vida humana es más que un valor, subordinadamente al Creador y Salvador, es la base, la norma y el fin de los demás valores.
EL AMOR QUE SUSURRA
Comienza tu día tranquilamente... Comienza tu día acogiendo el silencio de la mañana, sintiendo la fragancia de su dulce y suave perfume. Es cierto que te esperan algunos desafíos. ¡Pero tú vales mucho más que todos ellos! Comenzar el día preocupado, lleno de miedos, inquietudes y ansiedades, vuelve todo más difícil... No ayuda en nada. Escucha al amor que susurra dentro de tu corazón palabras de paz y esperanza y así lograrás acoger el nuevo día con alegría.

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