Lima, 11-07-2010 / Año 106 - Nº 5518

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
Hermanos, hoy, la Palabra de Dios nos muestra el gran amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. También es un llamamiento a cada cristiano a amar a su prójimo, especialmente, a los necesitados. Esto es posible porque tenemos a Cristo en nosotros quien es el principio y el fin de todo.
PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 30, 10-14
LA PALABRA ESTA MUY CERCA DE TI PARA QUE LA CUMPLAS
Moisés exhorta al pueblo de Israel a ser feliz cumpliendo los mandamientos expuestos por Dios. Los mandamientos de Dios están en su "palabra". Dios nos ha hecho y ha puesto su palabra en nuestros corazones. Es necesario escucharla y cumplirla.
SALMO 68, 14 y 17.30-31.33-34.36ab y 37
Respondemos: "Humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón"
SEGUNDA LECTURA: Colosenses 1, 15-20
TODO FUE CREADO POR EL Y PARA EL
La segunda lectura de hoy es el himno bautismal que san Pablo usó para explicar la sublime concepción cristológica de la obra creadora y salvadora. Cristo es el comienzo y el fin de todo. Él es la imagen visible del Padre y la reconciliación de todas las cosas.
EVANGELIO: Lucas 10, 25-37
¿QUIEN ES MI PROJIMO?
El Evangelio de hoy nos trae la parábola del Buen Samaritano. ¿Quién es mi prójimo? ¿A quién tengo que amar? El prójimo es quien se acerca al otro. Dios nos impulsa a amar como hemos sido amados por Él.
EL ODIO
Tengan por seguro amigos lectores, de que nadie en este mundo aprovecha absolutamente nada bueno odiando. Por el contrario, el odio lleva consigo una carga de energía negativa que nos aprisiona dañando nuestra alma y que, cual acción de un campo eléctrico sobre un conductor, se transmite a las personas con las que entramos en relación. Las cuales, en cierto modo, perciben estas agrias partículas nocivas e invisibles que exhala nuestro ser y las predispone al inminente rechazo de nuestra persona. El odio y los sentimientos negativos no solo alteran nuestra salud mental sino también física, atacando con voracidad los centros nerviosos como el cerebro, y del mismo modo o peor otros órganos como el corazón, el hígado y periféricos; ocasionando a su malhadado paso, largas y penosas enfermedades y destruyendo periódica y sistemáticamente el organismo. Uno de los mejores ejercicios para desarrollar el alma y la buena salud es: practicar el bien y saber perdonar.
DON BOSCO Y LA FORMACION DEL LAICO CONSAGRADO (EL SALESIANO COADJUTOR)
¿Cómo no admirar esta genialísima creación de Don Bosco? ¿Cómo no estimar una vocación tan hermosa que une maravillosamente la oración con el trabajo, la contemplación con la acción, llevando toda forma de actividad y de trabajo profesional a un plano apostólico, al servicio de Jesús y de los jóvenes? El buen Padre y Maestro de los jóvenes repite hoy con mayor insistencia, frente a las crecientes necesidades de salvar a la juventud: "Tengo necesidad de muchos y esforzados Coadjutores". Si te sientes llamado, por el Señor, a esta gran misión, no para ser sacerdote sino un Laico Consagrado (Salesiano Coadjutor), Don Bosco pone toda su confianza en ti.

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