Lima, 01-08-2010 / Año 106 - Nº 5521

NO TENGAN MIEDO DE ELEGIR EL AMOR
Benedicto XVI
La naturaleza misma del amor requiere opciones de vida definitivas e irrevocables. Me dirijo en particular a vosotros, queridos jóvenes: no tengáis miedo de elegir el amor como la regla suprema de la vida. No tengáis miedo de amar a Cristo en el sacerdocio y, si en el corazón sentís la llamada del Señor, seguidlo en esta extraordinaria aventura de amor, abandonándoos con confianza a Él. No tengáis miedo de formar familias cristianas que vivan el amor fiel, indisoluble y abierto a la vida. Testimoniad que el amor, como lo vivió Cristo y como lo enseña el Magisterio de la Iglesia no quita nada a nuestra felicidad; al contrario, da la alegría profunda que Cristo prometió a sus discípulos
EL SENTIDO DE LA VIDA HUMANA
El sentido de la vida se inicia cuando el ser humano da una mirada a su interior, una mirada de autorreflexión; pero el hombre está en la posibilidad de enriquecer su vida cuando descubre la oportunidad de darle un mayor sentido. La vida humana es más que un valor: subordinadamente al Creador y Salvador, es la base, la norma y el fin de los demás valores. El hombre tiene el derecho y el deber de vivir su vida individual, social e histórica. La vida es para ser vivida en plenitud. El hombre nace con vocación de vivir. Cristo en el Evangelio dice: "He venido para que tengan vida, y vida en abundancia"
RECUERDOS
Vivamos con plenitud y alegría el hoy de tal forma que cada nuevo día, con la luz de su aurora, borre la mala sombra de los espectros del pasado. Vivamos con desbordante entusiasmo y optimismo el presente, y no nos detengamos a recordar inútilmente lo malo que nos pasó: reflexionemos en lo bueno que nos pasa cada nuevo día, en la magnitud y dimensión de un solo minuto de nuestra existencia. Despertemos a este amanecer llenos de luz, colmados de Esperanza y rebosantes de Fe.

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