Fundado: 24-04-1904 Lima, 19-09-2010 / Año 106 - Nº 5528 - 4000 ejemplares

IMPOSIBLE SERVIR A DIOS Y AL DINERO
Lucas 16, 1-13
§
El profeta Amós y San Pablo nos aclaran cómo usar el poder del dinero. Amos, por el año 750, es el primer profeta del que nos han llegado sus sermones, contra los crímenes y las injusticias sociales cometidas por los ricos, porque su corazón no está puesto en Dios, sino en cómo ganar más. Pablo a Timoteo le insiste que sólo puede haber un solo Salvador: Jesucristo y no las riquezas. Son dos señores muy exigentes: Dios y dinero.
§ Hay que leer, al respecto de la justicia social: Constitución del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, Pacem in Terris del Papa Juan XXIII, la Populorum Progressio del Papa Pablo VI. El Concilio manifestó que los derechos básicos del hombre tienen que respetarse en cualquier sistema político y que no hallan injustas desigualdades económicas y sociales.
§ Es lo que nos enseña el Señor en la parábola que hoy se nos presenta: el administrador "vivo" quiere ganar amigos con el dinero injusto porque se ve arruinado y comienza a perdonar deudas para ganar amigos y tener quien lo reciba y le corresponda. Es innegable que el dinero forma parte de nuestra vida, pero hay que saber gobernarlo. Tenemos que permanecer libres. Dar del dinero injusto, es arrepentirse para ganar el Reino.
§ Y dice Jesús: "Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? ¿A qué señor quieres servir, a Dios o al dinero? Hay que elegir. Hay que saber desprenderse de lo que no es necesario, porque es malo lo que nos domina. La Iglesia está comprometida en la justicia social y en la paz universal. Por todo esto, Pablo invita a rogar por los constituidos en autoridad para "llegar al conocimiento de la vedad". El Señor Jesucristo, que se nos da en alimento en la Eucaristía, nos dé las luces para discernir y saber orientarnos a la verdad...

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