Lima, 26-09-2010 / Año 106 - Nº 5529

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO
Hermanos, nos hemos reunido como pueblo de Dios en el día del Señor, para escuchar la Palabra y participar en la Eucaristía. La Palabra de Dios es una llamada a examinar nuestra actitud sobre los bienes materiales y espirituales. Si el cristiano no comparte sus bienes con los necesitados, no es un cristiano verdadero.
PRIMERA LECTURA: Amós 6, 1a.4-7
LOS LIBERTINOS IRAN A LA CABEZA DE LOS DEPORTADOS
El profeta Amós continúa atacando las injusticias de la nación de Israel: no puede soportar el lujo de los ricos, que es un insulto por la situación de miseria en que viven los pobres. El profeta condena la falsa seguridad de los ricos y les anuncia el castigo próximo.
SALMO 145, 7.8-9a.9bc-10
Respondemos: "Alaba alma mía, al Señor"
SEGUNDA LECTURA: 1 Timoteo 6, 11-16
GUARDA EL MANDAMIENTO HASTA LA MANIFESTACION DEL SEÑOR

San Pablo expone en la segunda lectura las virtudes que debe poseer el pastor ideal, destacando el combate de la fe como lucha consigo mismo para ser fiel y constante; y la preocupación por la fe de los cristianos. Las pautas de conducta que señala san Pablo son aplicables a nosotros y estos momentos históricos tienen mayor vigencia.
EVANGELIO: Lucas 16,19-31
RECIBISTE BIENES Y LAZARO MALES: POR ESO ENCUENTRA AQUI CONSUELO, MINETRAS QUE TU PADECES

En el Evangelio de hoy san Lucas nos trae la parábola sobre el rico y pobre Lázaro. Los ricos aparecen incapaces de recibir los bienes del Reino porque están apegados a las cosas materiales. Los pobres muchas veces aparecen más abiertos a Dios, porque escuchan su Palabra y esperan la ayuda divina. ¿Cuál es nuestra actitud?
EL GALARDON: DIOS
A veces uno siente más fuerte el deseo de terminar la carrera de este mundo y llegar ya a Dios. Pero que se haga tu voluntad Señor. Y vale la pena soportar las penas de esta vida, ante la realidad de ir un día a gozar de la presencia del Padre en el país de la vida. Decimos con alegría: "País de la vida", porque es el lugar donde, con la presencia visible de Dios, no habrá ni el menor asomo de pena, de sombra, o temor de que esa felicidad se termine. Tendremos la seguridad de poder movernos sin temor alguno en esa Ciudad que no tiene noche porque su luz es el Cordero. Todos sus habitantes se amarán con el amor de Dios. No habrá recuerdos negativos. Aún ante los que nos hicieron mal en la tierra, pero arrepentidos lograron ganar esa Patria. Nuestro ser lo habrá superado todo, habrá olvidado todo lo malo. Habremos madurado totalmente; desaparecerá todo lo que no es amor. No tendrá lugar todo lo que, siendo pasajero, nos servía para desarrollar nuestra vida en la tierra: todos los conocimientos de acá, todas las costumbres de acá, todos los males de acá, todo eso terminará. Hagamos que todo eso que pasa, nos sirva para madurar en el amor a Dios que es lo único que quedará.
DON BOSO Y EL PAPA
El programa de Don Bosco fue siempre este: todo con el Papa, por el Papa, amando al Papa. Escribían los mismos diarios liberales: "En Don Bosco, el arte de prendar del Papado lo es todo y se puede decir que en esto vale por mil maestros clericales". He ahí, pues el programa que Don Bosco nos confía: hacer arder en nuestro corazón los granees amores que inflamaron el suyo: Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Papa.

No hay comentarios: