HEMOS SIDO CREADOS PARA AMAR
Benedicto XVI
Pido a cada uno, que mire en el interior de su propio corazón. Que piense en todo el amor que su corazón es capaz de recibir, y en todo el amor que es capaza de ofrecer. Al fin y al cabo, hemos sido creados a imagen e semejanza de Dios: Hemos sido creados para conocer al Dios del amor, a Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para encontrar nuestra plena realización en ese amor divino que no conoce principio ni fin. Hemos sido creados para recibir amor, y así ha sido. Todos los días debemos agradecer a Dios el amor que ya hemos recibido, el amor que nos ha mostrado lo que es verdaderamente importante en la vida. Debemos dar gracias al Señor por el amor que hemos recibido de nuestra familia, nuestros amigos, maestros, y todas las personas que en nuestra vida nos han ayudado a darnos cuenta de lo valioso que somos a sus ojos y a los ojos de Dios. Hemos sido creados también para dar amor, para hacer de él la fuente de cuanto realizamos y lo más perdurable de nuestra vida. A veces esto parece lo más natural, especialmente cuando sentimos la alegría del amor, cuando nuestro corazón rebosa de generosidad, deseo de ayudar a los demás y construir un mundo mejor. Pero otras veces constatamos que es difícil amar; nuestro corazón puede endurecerse fácilmente por el egoísmo, la envidia y el orgullo. La beata madre Teresa de Calcuta, nos recuerda que dar amor, amor puro y generoso, es fruto de una decisión diaria. Cada día hemos de optar por amar, y esto requiere ayuda, la ayuda que viene de Cristo, de la oración y de la sabiduría que se encuentra en su palabra, y de la gracia que Él nos otorga en los sacramentos de la Iglesia.
COSAS DEL CORAZON
Hay pasiones que están al alcance de tus manos: hay pasiones fantásticas, distantes, inalcanzables. En ambas, es imprescindible la sintonía entre voluntad, mente y corazón. ¡No puede faltar! En el primer caso, una linda historia de amor puede acabar en nada, si tú vas con demasiada sed a la fuente. En el segundo, la mejor postura es encarar los hechos, sonriendo desde lo profundo del corazón. Si faltara esta sonrisa, aunque triste, sería mucho el sufrimiento por una estrella de la cual sólo se ve la sombra. ¡Apasionarse es muy bueno! Y no cuesta nada intentar administrar, con lucidez, serenidad y una bella sonrisa en los ojos, las cosas del corazón confiando en Dios y en ti mismo.
LAS MATEMATICAS FALLAN
Las matemáticas fallan en lo que atañe al espíritu, y más concretamente cuando hacen referencia a la alegría. No queremos "sumar" alegría sólo para nuestro disfrute personal, si no, lo que lograremos será que "restaremos", "perderemos" alegría. En cambio, si "dividimos", "restamos" y "repartimos" alegría, entonces "sumaremos" y "multiplicaremos" alegría. A la inversa de las matemáticas.
Benedicto XVI
Pido a cada uno, que mire en el interior de su propio corazón. Que piense en todo el amor que su corazón es capaz de recibir, y en todo el amor que es capaza de ofrecer. Al fin y al cabo, hemos sido creados a imagen e semejanza de Dios: Hemos sido creados para conocer al Dios del amor, a Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para encontrar nuestra plena realización en ese amor divino que no conoce principio ni fin. Hemos sido creados para recibir amor, y así ha sido. Todos los días debemos agradecer a Dios el amor que ya hemos recibido, el amor que nos ha mostrado lo que es verdaderamente importante en la vida. Debemos dar gracias al Señor por el amor que hemos recibido de nuestra familia, nuestros amigos, maestros, y todas las personas que en nuestra vida nos han ayudado a darnos cuenta de lo valioso que somos a sus ojos y a los ojos de Dios. Hemos sido creados también para dar amor, para hacer de él la fuente de cuanto realizamos y lo más perdurable de nuestra vida. A veces esto parece lo más natural, especialmente cuando sentimos la alegría del amor, cuando nuestro corazón rebosa de generosidad, deseo de ayudar a los demás y construir un mundo mejor. Pero otras veces constatamos que es difícil amar; nuestro corazón puede endurecerse fácilmente por el egoísmo, la envidia y el orgullo. La beata madre Teresa de Calcuta, nos recuerda que dar amor, amor puro y generoso, es fruto de una decisión diaria. Cada día hemos de optar por amar, y esto requiere ayuda, la ayuda que viene de Cristo, de la oración y de la sabiduría que se encuentra en su palabra, y de la gracia que Él nos otorga en los sacramentos de la Iglesia.
COSAS DEL CORAZON
Hay pasiones que están al alcance de tus manos: hay pasiones fantásticas, distantes, inalcanzables. En ambas, es imprescindible la sintonía entre voluntad, mente y corazón. ¡No puede faltar! En el primer caso, una linda historia de amor puede acabar en nada, si tú vas con demasiada sed a la fuente. En el segundo, la mejor postura es encarar los hechos, sonriendo desde lo profundo del corazón. Si faltara esta sonrisa, aunque triste, sería mucho el sufrimiento por una estrella de la cual sólo se ve la sombra. ¡Apasionarse es muy bueno! Y no cuesta nada intentar administrar, con lucidez, serenidad y una bella sonrisa en los ojos, las cosas del corazón confiando en Dios y en ti mismo.
LAS MATEMATICAS FALLAN
Las matemáticas fallan en lo que atañe al espíritu, y más concretamente cuando hacen referencia a la alegría. No queremos "sumar" alegría sólo para nuestro disfrute personal, si no, lo que lograremos será que "restaremos", "perderemos" alegría. En cambio, si "dividimos", "restamos" y "repartimos" alegría, entonces "sumaremos" y "multiplicaremos" alegría. A la inversa de las matemáticas.
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