Lima, 21-11-2010 / Año 106 - Nº 5537

VERDAD Y REALIDAD, DESAFIO COMUNICATIVO
Benedicto XVI
El mundo de los medios de comunicación está sufriendo una profunda transformación también en su seno. El desarrollo de las nuevas tecnologías y, particular la multimedialidad generalizada, parecen poner en tela de juicio el papel de los medios más tradicionales y consolidados. De hecho una atenta reflexión sobre esta campo, pone de relieve dos aspectos particulares: por un lado la especificidad del medio, la prensa, es decir, la palabra escrita y su actualidad y eficacia, en una sociedad que ha visto cómo se multiplicaban antenas, parabólicas y satélites, que se han convertido casi en los emblemas de un nuevo modo de comunicar en la era de la globalización. Por otro lado, la connotación "católica", con la responsabilidad que deriva de ser fieles a ella de modo explícito y substancial, mediante el empeño diario de recorrer el camino maestro de la verdad. Los periodistas católicos deben buscar la verdad con mente y corazón apasionados, pero también con la profesionalidad de operadores competentes y dotados de medios adecuados y eficaces.
DISFRUTA DE LA VIDA
En tu vida busca ratos de silencio para recorrer el largo camino hacia tu propia interioridad. Responde tras una reflexión serena y tranquila a los grandes interrogantes de tu existencia hasta ahora no resueltos, para coronar tu vida con la realización de tus deseos e ilusiones. Miles de seres humanos llegan al final de su existencia derrotados, insatisfechos porque no han sabido descubrir el preciado tesoro de sus posibilidades. No hemos nacido derrotados, ni estamos destinados al fracaso. El éxito verdadero, el que llena de verdad al hombre, radica en saber comprendernos a nosotros mismos como seres integrados, libres de temores, capaces de enfrentar las dificultades y con gran capacidad de proyectar amor, con un espíritu de servicio y de ayuda a los demás.
¡TODO PASA!
No todos los días tú despiertas y abres los ojos a la vida con una sonrisa en el rostro. Hay días en que las lágrimas hablan más alto, silencian y callan el corazón. Lo importante es no desistir frente a los obstáculos, a las inquietudes y a los desafíos que la vida ofrece. Sabemos que todo en esta vida es como paja que el viento dispersa. Todo pasa. Las alegrías pasan y las tristezas también. Una sola cosa no pasa: el amor. ¡Éste, si, es eterno! Cuando siembras amor y cultivas amor en las tierras fértiles de tu corazón, te transformas en un árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces en búsqueda de humedad; que no teme la llegada del calor; está siempre verde; no sufre en tiempo de sequía y nunca deja de dar frutos. (cf Jer 17, 8).

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