Lima, 28-11-2010 / Año 106 - Nº 5538

LA FUERZA DE LA FE
Benedicto XVI
Queridos hermanos y hermanas, toda asamblea litúrgica es espacio de la presencia de Dios. Reunidos para la sagrada Eucaristía, los discípulos del Señor se sumergen en el sacrificio redentor de Cristo, proclaman que Él ha resucitado, está vivo y es dador de la vida, y testimonian que su presencia es gracia, fuerza y alegría. Abramos el corazón a su palabra y acojamos el don de su presencia. Jesús educó a sus discípulos a crecer en la fe, a creer y a confiar cada vez más en Él, para construir su propia vida sobre roca. Por esto le piden: "Auméntanos la Fe" (Lc 17,6). Es una bella petición que dirigen al Señor, es la petición fundamental: los discípulos no piden bienes materiales, no piden privilegios; piden la gracia de la fe, que oriente e ilumine toda la vida; piden la gracia de reconocer a Dios y poder estar en relación íntima con Él, recibiendo de Él todos sus dones, incluso los de la valentía, el amor y la esperanza.
NADIE TE PERTURBARA
La raíz de la paz verdadera tiene su sustento en las aguas límpidas y transparentes de la decencia y la honestidad: Honestidad con Dios, consigo mismo y con los semejantes. Si faltara honestidad y decencia en tus relaciones y tareas a cumplir, sería imposible recostar para dormir y no sentir pesadez de cabeza. ¡Quien navega por los calmos mares de la honestidad y la decencia jamás enfrentará avalanchas de vergüenza y deshonra! ¡Cosas que incomodan y quietan el Sueño! No existe otra paz, que no sea aquella que brota de una vida decente y honesta. Paz que nace de una conciencia tranquila, apacible y serena. Feliz aquel cuya conciencia no lo acusa (cf Sir 14,2). ¡Nadie te perturbará! ¡Nada inquietará tu corazón; nada te quitará el sueño, si disfrutas de esta paz con sabor a paraíso!
VIVIR EN CALIDAD LA PROPIA VIDA
Guárdate del rencor. Es el peor inquilino que podemos tener. El rencor arrebata la paz espiritual y ha destrozado a muchos. Desaloja de tu interior el egoísmo, el amor propio, la ambición. Pueden dañar seriamente la calidad de tu vida y pueden perjudicar la vida de los demás. Evita el enfado y los arranque coléricos. Nunca traen nada bueno para nadie. Además, luego te arrepentirás de haber cedido.

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