Lima, 26-12-2010 / Año 106 - Nº 5542

LA SAGRADA FAMILIA MODELO DE FAMILIA
Para nosotros los católicos, la familia es la base y la estructura de la sociedad. Quien vive sin comunidad familiar se pierde mucho de sí mismo porque es en ese ámbito donde primero comenzamos a ser persona, a descubrir lo que es en verdad la vida, y el profundo valor que nos ofrece el encuentro con la fe. Si ampliamos el círculo de nuestra familia vemos como hay en nuestras familias y gente cercana, parientes y amigos que saben poco o nada del Señor. ¿Cómo relacionarnos con nuestros parientes que no creen en el Señor? Pues con el mismo amor que el Señor les tiene. Ser cristiano es tener un corazón tan grande que te quepa en el mismo espacio, el que conoce a Dios y el que no le conoce, sin reproches, sin contraprestaciones sin chantajes espirituales. Ten siempre en cuenta que muy cerca de ti, en tu familia, en tu ambiente de vecindad o trabajo siempre existirán personas que no se han dejado tocar por el Señor, pero que en numerosas ocasiones están más cerca de lo que creen, sólo hace falta el calor del amor de Dios y esperar, sobre todo esperar... La Sagrada Familia tiene que ser modelo de inspiración para todas las familias humanas. Me temo que esto no siempre se vive así. Nos encontramos familias donde los padres son "amigos" de sus hijos; en otras ocasiones la familia, funciona como repúblicas autónomas del "yo"... ¿Qué falta en nuestras familias de hoy? Más cariño, más amor, más Dios. La familia es un "nosotros" en lugar de un "yo". Cuando la unidad familiar deja espacio para que cada uno de sus miembros sea él mismo, es cuando crece la persona. Si el "nosotros" no nos deja ser uno mismo, algo falla, algo anda mal, La fe es siempre un "nosotros" que nunca cierra el corazón ni a los demás ni a Dios. El ejemplo de la Sagrada Familia es una profunda invitación a reflexionar y a profundizar en nuestras relaciones con Dios y con los demás.
EL AMOR FAMILIAR
Cuando dos corazones se aman, uno se vuelve responsable del otro. Entrelazados en la clásica magia de la reciprocidad, se funden en un solo corazón. Por eso son capaces de tomar la más grande y hermosa decisión humana: unir sus vidas para siempre, formando un hogar una familia que será una verdadera escuela de amor. Cuando estos corazones se aman de verdad, todo aquello que intente separarlos no pasa de ser unas gotas de agua pretenciosas que, en un centello de absurdo y locura, resuelven desafiar la fuerza oceánica que los une; que no es otra cosa que el Amor de Dios que ha consagrado ese amor humano, a través del Sacramento del Matrimonio, para que en las buenas y en malas, con salud o enfermedad puedan amarse y respetarse durante toda la vida.
¡LA VIDA ES BELLA!
¿Quién no se ha estremecido ante las tinieblas que esconde el porvenir? ¿Quién no se ha preguntado alguna vez: qué será mañana de mí? Sin embargo, ¡con cuánta facilidad olvidamos que detrás de las nubes más negras está el sol y que después de la noche más oscura viene el día! No te entregues a la desesperación a causa de las inevitables fatigas de la marcha. La confianza en la vida es un manantial perenne de ánimo y, por espesa que sea la maleza, siempre logra abrirse un camino. ¡Ten confianza en Dios! "¡Sean valientes! Yo he vencido al mundo" (Jn 16,33)

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