Lima, 30-01-2011 / Año 107 - Nº 5547

IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Nos cuesta comprender que el Señor haya escogido el camino de la pobreza, de la ausencia del poder que tanto choca a muestra mentalidad de "eficacia". La eficacia del Señor anda por otros caminos que los nuestros, el de la predicación de la cruz, el de la caridad auténtica, el de las bienaventuranzas. Jesús hoy se manifiesta como el único camino de la felicidad de los hombres.
PRIMERA LECTURA: Sofonías 2, 3; 3, 12-13
DEJARE EN MEDIO DE TI UN PUEBLO POBRE Y HUMILDE
¿Qué representa la Iglesia en el vasto mundo? ¿Qué influencia pueden tener los cristianos? La fe nos dice que podemos contar con la acción y el amor de Dios. El profeta Sofonías ancua a la Iglesia como un "pequeño resto" fuerte como la levadura.
SALMO: 145, 7.8-9a. 9bc-10
Respondemos: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos"
SEGUNDA LECTURA: 1 Co 1, 26-31
DIOS HA ESCOGIDO LO DEBIL DEL MUNDO
En el fondo todo depende de Cristo, de su cruz y de su resurrección. Los humildes y pequeños comprenden esto y transmiten la Buena Nueva sin deformarla.
EVANGELIO: Mateo 5, 1-12a
DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPIRITU
El Evangelio proclama la primera gran prédica de Jesús: las bienaventuranzas, carta magna de su Iglesia. Pero debemos leer este texto de hoy a la luz de las dos lecturas anteriores: el Profeta destaca el valor de la humildad y de la pobreza, las cuales sirven de protección al Pueblo de Dios; el Apóstol exhorta a la humildad basada en la voluntad de Dios que ensalza a los pobres y humildes. Destacaremos pues en nuestro evangelio de hoy la dicha de los postergados, pequeños, misericordiosos, sufridos.
DIOS PERDONA
Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva. Y es tan grande este deseo de Dios, que delega su voluntad de perdonar, a los hombres, los sacerdotes, para que con la autoridad que Él les confiere por la consagración sacerdotal y su mandato explícito, puedan decir con autoridad: "Yo te perdono". "Yo te absuelvo" ' Pero lo esencial para que este perdón sea efectivo delante de Dios, es el corazón contrito. Por eso el Señor dice que quiere que el pecador se convierta, para tener la vida. Conversión, cambio, hacerse distinto, modificar las actitudes que estén contra lo que Dios dispone; "un corazón contrito y humillado, yo no lo desprecio..." Si estás manchado y sucio y rojo como la sangre, por el pecado, Él te absuelve y te vuelve blanco como el armiño, blanco como los lirios del campo, luminoso y brillante como la luz de sus ojos. Cuando el hombre pecador pide perdón y se reconcilia con su Dios, Él lo inunda con sus gracias. Así es Dios: tú le abres tu corazón y Él entra, irrumpe y lo llena todo: no hay intimidad que pueda quedar libre de su influencia. Oh Dios, que maravillosa es tu misericordia, tu perdón, tu gracia que se difunde en los corazones que se dejan poseer por ti. Corazones contritos, arrepentidos de haber estado alejados del Amor. Reconocidos por tus divinos favores. Oh Dios, eres único.
LA SANTIDAD ES AMOR
San Francisco de Sales, por medio de libro "Filotea" o sea, Introducción a la vida devota, con mano suave, pero segura, despeja el camino de la santidad de estos fatales prejuicios: creer que la perfección consiste principalmente en las prácticas exteriores, estos es, en las penitencias corporales, en los ayunos y en las largas oraciones, y que esté vedada a la mayor parte de los fieles y reservada a unos pocos; y volviendo a las enseñanzas de Jesús, enseña que la santidad, consiste en el amor a Dios, llevándonos a la practica del bien con diligencia, asiduidad y prontitud. La santidad, pues, es posible a todos, porque toda alma puede amar a Dios y servirlo por amor, en el cumplimiento exacto, generoso y constante de los deberes del propio estado, que son la expresión de la voluntad divina.

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