Fundado: 24-04-1904 Lima, 20-02-2011 / Año 107 - Nº 5550 - 4000 ejemplares

¡YO PERDONO, PERO NO OLVIDO!
Mateo 5, 38-48

La novedad de la revelación de Jesús es el PERDON. Su declaración contrasta con la ley mosaica, la ley del Talión (Ex 21,24): "Ojo por ojo, diente por diente". Según ella, la pena consistía en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que había causado. Cuando Jesús exclama: Antiguamente se dijo... Pero YO ahora les digo... está llevando la Ley a su perfeccionamiento, no en la ley de la venganza, sino en la nueva ley del amor a Dios y al prójimo. Más aún, Jesús garantiza el perdón de nuestros pecados por parte de Dios, si es que antes hemos perdonado al prójimo sus ofensas. Esto lo dice muy claramente en la oración del "Padre nuestro", Mt 6,12. En este contexto la expresión, "yo perdono, pero no olvido", para un cristiano, no tiene ninguna cabida. Significa que el ofendido no ha perdonado nunca. De allí su actitud de resentimiento y de rencor. El fruto cosechado será el rompimiento de la amistad, la división de las familias, de los grupos sociales, etc.

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