Lima, 17-04-2011 / Año 107 - Nº 5558


DOMINGO DE RAMOS
ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALEN
Hoy es domingo de alabanza al Señor, de reafirmación de nuestra fe, de alegría por el "aparente triunfo de Jesús". ¿Cuál es este triunfo? El de la Cruz, símbolo del perdón y la misericordia, del amor y de la entrega total de la vida a favor de los demás. "Los ramos", símbolo de este día, nos recuerdan el compromiso de seguirlo e imitarlo en su servicio generoso. ¡Señor y Rey de nuestros pensamientos, de nuestros afectos y de todo lo que somos, te bendecimos y damos gracias por todo lo que nos regalas!
PRIMERA LECTURA. Is 50, 4-7
NO OCULTE EL ROSTRO A INSULTOS; Y SE QUE NO QUEDARE AVERGONZADO
Se empieza a verificar la profecía de Simeón: "Será signo de contradicción". Jesús con su predicación de Dios-Padre-Reino, confirma lo de los profetas: "Derecho, justicia, misericordia quiero para con los pobres y los débiles, no sacrificios". Jesús se identifica con ellos. Con su luz, descubre el pecado, el egoísmo de los hombres, esclavos del pecado. De allí la persecución... hasta la muerte.
SALMO 21
Respondemos: "Dios mío, Dios mío, ¿Porqué me has abandonado?"
SEGUNDA LECTURA: Flp 2, 6-11
SE REBAJO A SI MISMO; POR ESO DIOS LO LEVANTO SOBRE TODO
Pablo nos invita a asumir el camino de Cristo, que es entrega y obediencia; que conduce a la gloria, a la salvación y a la redención de este mundo por senderos muy diversos de los propuestos por el egoísmo humano: "El que quiera ser superior tendrá que ser el servidor"; "Quien quiera ser el primero, tendrá que ser el último y servidor de todos".
EVANGELIO: Mt 26, 14-27, 66
RELATO DE LA PASION Y MUERTE DE JESUS SEGUN SAN MATEO

Es el triunfo ilusorio del maligno, personificado en los pecadores y sublevados contra Dios, al pisotear el amor misericordioso hacia los más pobres. Es la verificación del misterio de Dios que obra el bien, a través del sufrimiento y de la muerte: "¡Si la semilla no muere, no podrá dar frutos de vida!".
JUEVES SANTO
¡JESUS NOS AMO HASTA EL EXTREMO!
Jesús encapsula todo su amor, simbolizándolo en esta nueva celebración, superación de la antigua Pascua Judía: La Antigua Alianza es renovada por la de Jesús con valor eterno y, por tanto, irrepetible. Lo único que puede satisfacer a Dios por el pecado de la humanidad será el Nuevo Sacrificio. Sustituye al antiguo sacerdote de la tribu de Leví; a la víctima, un animal, por su persona y se entrega como alimento de VIDA ETERNA. Por eso crea el nuevo sacerdocio, su prolongación, hasta el fin de los tiempos.
PRIMERA LECTURA. Ex 12, 1-8.11-14
DE LA ESCLAVITUD A LA LIBERTAD
La Pascua es la fiesta de la liberación de la servidumbre y de la muerte, donde la sangre es fundamentalmente redentora. Como Egipto es la tierra del pecado, la salida de Egipto es una liberación de esa esclavitud. La Biblia concibe la salvación, a medida que se desarrolla la revelación, como una salvación del pecado. San Pedro nos dice: "Han sido rescatados de su vano vivir según la tradición de nuestros padres, no con plato y oro, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha (1 Pe 1, 18b-19).
SALMO 115
Respondemos: "El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo"
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 11, 23-26
CADA VEZ QUE COMEN Y BEBEN, PROCLAMAN LA MUERTE DEL SEÑOR
Es el testimonio más antiguo de la celebración eucarística. Pablo transmite la tradición que recibió de los discípulos de Jesús y muestra que la eucaristía está abierta al futuro, a todos los tiempos, pues en Ella anunciamos la muerte del Señor para la salvación eterna de todos. La Pascua judía es sustituida por la Nueva Pascua cristiana, la Eucaristía, con el anuncio de la liberación bajo el signo del sacrificio y de la sangre que ahora se ha transformado en pan y vino.
EVANGELIO: Jn 13, 1-15
LOS AMO HASTA El EXTREMO
Lo esencial de la existencia del Maestro es el de ser servidor, lógica antimundana para edificar el mundo. Esto sólo puede venir de Dios y no de los hombres. En el lavatorio de los pies reconocemos una expresión sacramental de ser verdaderos discípulos del Maestro. En la institución del Sacerdocio, se establece el criterio cristiano: el servicio a los más necesitados.

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