"NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER"
"¡Qué n
ecios y torpes son ustedes para creer lo que anunciaron los profetas! Es el reproche que le hace Jesús a los dos discípulos de Emaús. Jesús tuvo que aparecérseles para que creyeran en su resurrección. Les pasó lo mismo que al apóstol Santo Tomás: ¡Ahora si crees porque has visto! Sin ir muy lejos, creo que hoy está pasando lo mismo con nuestra mentalidad relativista; con el predominio del mundo afectivo sobre el mundo de la razón. Con frecuencia escucho expresiones como estas: "Yo siento que es así o asá... luego... ¡es la verdad! Yo pienso que las cosas son como las pienso, como las quiero, como a mí me gustan... luego,... ¡son la verdad! Para mí, el aborto es un derecho de la mujer... ¡es la purísima verdad! La mentira es una estrategia, para no quedar mal ante los demás... luego, no es pecado. Sacarle la vuelta a mi mujer, es "avivarme"; total, no me ve... drogarme, emborracharme, vacilarme, etc. Darme al "sexo placer" sin compromisos, sin matrimonio... es la moda, la onda, el ritmo de estos tiempos... La emoción, la adrenalina, el vértigo de la velocidad, lo virtual, vivir al límite, vivir al extremo... es lo que manda, es lo que cuenta, lo que VALE. Por otro lado, los argumentos de razón, los valores, lo verdadero, lo ético, lo justo, el deber, los derechos, lo bueno... ya están pasando de moda, si es que ya no "fueron" del todo. Ante esta situación, hoy ¿nos llama la atención la religión, sus verdades, los mandamientos, la Iglesia, Cristo, su resurrección? Sin embargo la cosecha no vale nada, está hueca y vacía. No nos llena, no sacia nuestra ansia de absoluto, de eterno, de Dios. iPIENSALO!, iPIENSALO!
ecios y torpes son ustedes para creer lo que anunciaron los profetas! Es el reproche que le hace Jesús a los dos discípulos de Emaús. Jesús tuvo que aparecérseles para que creyeran en su resurrección. Les pasó lo mismo que al apóstol Santo Tomás: ¡Ahora si crees porque has visto! Sin ir muy lejos, creo que hoy está pasando lo mismo con nuestra mentalidad relativista; con el predominio del mundo afectivo sobre el mundo de la razón. Con frecuencia escucho expresiones como estas: "Yo siento que es así o asá... luego... ¡es la verdad! Yo pienso que las cosas son como las pienso, como las quiero, como a mí me gustan... luego,... ¡son la verdad! Para mí, el aborto es un derecho de la mujer... ¡es la purísima verdad! La mentira es una estrategia, para no quedar mal ante los demás... luego, no es pecado. Sacarle la vuelta a mi mujer, es "avivarme"; total, no me ve... drogarme, emborracharme, vacilarme, etc. Darme al "sexo placer" sin compromisos, sin matrimonio... es la moda, la onda, el ritmo de estos tiempos... La emoción, la adrenalina, el vértigo de la velocidad, lo virtual, vivir al límite, vivir al extremo... es lo que manda, es lo que cuenta, lo que VALE. Por otro lado, los argumentos de razón, los valores, lo verdadero, lo ético, lo justo, el deber, los derechos, lo bueno... ya están pasando de moda, si es que ya no "fueron" del todo. Ante esta situación, hoy ¿nos llama la atención la religión, sus verdades, los mandamientos, la Iglesia, Cristo, su resurrección? Sin embargo la cosecha no vale nada, está hueca y vacía. No nos llena, no sacia nuestra ansia de absoluto, de eterno, de Dios. iPIENSALO!, iPIENSALO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario