Fundado: 24-04-1904 Lima, 29-05-2011 / Año 107 - Nº 5564 - 4000 ejemplares

"QUIEN ME AMA, CUMPLE LOS MANDAMIENTOS"
Nuestros dichos y refranes castellanos dirían: "Hechos y no palabras", "Obras son amores que no buenas razones", "A Dios rogando y con el mazo dando", etc. En estos momentos, que nos toca vivir, tal vez estamos sufriendo de inflación de palabras y menos acciones. Mucha teoría y poca práctica. Abundancia de verborrea, de demagogia, y de no cumplimiento de lo prometido. Un amigo me comentaba: sobran los "speakers", los comentaristas, que todo lo saben. Habría que escucharlos cuando transmiten un partido de fútbol, una corrida de toros, un amaestramiento de caballos, una pelea de box, etc. Son maestros, técnicos con capacidad de corrección. Una vez, me encontré con uno de ellos y, fuera de mis casillas, le dije: una cosa es estar en la "caseta de transmisión y otra es estar en la cancha, en la arena, en el ruedo, en el ring, ¡Allí quisiera verte, compadre!". Sopesadas las circunstancias, creo que tenía mucha razón. Es por eso que la "cultura de la rumorología" sigue imparable. Se comenta por doquier, a hora y a deshora. Todo eso se traduce en lo que vulgarmente llamamos el "chisme", el "raje", el comentario. Quienes estamos en esta cultura, perdón, subcultura, estamos demostrando una gran dosis de soberbia y de egoísmo; una carencia inmensa de amor verdadero. En efecto, quien ama, cumple lo prometido, compren de al que falla; da la mano al que cae, finalmente enseña a cumplir los compromisos asumidos. En este sentido, le entendemos a Jesús cuando nos dice que "quien le ama de verdad, pone en práctica sus enseñanzas", pues serán las únicas que nos llevarán a estar plenamente en Dios, después de nuestra muerte. PIENSALO, HERMANO.

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