Lima, 29-05-2011 / Año 107 - Nº 5564

VI DOMINGO DE PASCUA
Cristo nos promete que nos enviará el Espíritu Santo. Él será nuestro Maestro, nuestro paráclito, es decir, nuestro abogado, nuestro defensor, nuestro auxiliador, siempre y cuando le amemos a Él, cumpliendo sus mandamientos. Sólo así el Padre nos amará también a nosotros.
PRIMERA LECTURA. Hch 8, 5-8.14-17
La Evangelización es constante aún en las circunstancias límites. Felipe, el diácono, proclama, hace presente la acción de Jesús, en el pueblo, curando y liberando.
"En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. La gente escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría. Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraban de que Samaria había recibido la Palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo".
SALMO 22
Respondemos: "Aclama al Señor, tierra entera"
SEG U N DA LECTURA: 1 Pe 3, 15-18
Pedro nos anima a vivir con buena conciencia y en un constante trabajo de conocimiento personal. Nuestro esfuerzo por ser más humanos debe complementarse con la Gracia de Dios.
"Queridos hermanos: glorifiquen en sus corazones a Cristo Señor y estén siempre prontos para dar razón de su esperanza a todo el que les pida explicaciones; pero con mansedumbre y respeto, con buena conciencia, para que queden confundidos los que los calumnian y denigran su buena conducta en Cristo; pues, mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida".
ALELUYA, ALELUYA
El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor- Y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
EVANGELIO. Jn 14, 15-21
Jesús nos promete el Espíritu Santo que nos defenderá e intercederá por nosotros. Asimismo, nos hará conocer en profundidad a la persona de Jesús y su mensaje.
"En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que les dé otro defensor, que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce: ustedes, en cambio, lo conocen, porque vive con ustedes y está con ustedes. No los dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero ustedes me verán y vivirán, porque yo sigo viviendo. Entonces sabrán que yo estoy con mi Padre, y ustedes conmigo y yo con ustedes. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él"

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