¿QUE SIGNFICA EL GRAN CUADRO QUE DON BOSCO MANDO PINTAR PARA EL ALTAR MAYOR DEL TEMPLO?
Tiene 7 metros de alto. Lorenzone, el pintor, confesaba que al pintar el rostro de María, le parecía que una mano misteriosa guiaba sus pinceladas. En este cuadro aparece María triunfante bañada en la luz que procede del Padre y del Espíritu Santo. En su mano izquierda está Jesús sonriente. Don Bosco hubiera deseado que rodeasen a María, ángeles, profetas, apóstoles, vírgenes y confesores: toda la Iglesia triunfante en el cielo y luchadora en el mundo. ¡Se hubiera necesitado la plaza de Turín para hacer este cuadro! Se redujo el proyecto. Ahora aparecen los Príncipes de los Apóstoles, Pedro y Pablo, que representan el Papado y el apostolado misionero. Aparecen los Evangelistas y algunos santos, testigos de la Revelación de Dios. Debajo está el Santuario de María Auxiliadora, centro de irradiación de esta devoción.
DOMINGO SAVIO Y LA VIRGEN
Cuenta San Juan Bosco que el 6 de Diciembre de 1876, estando en su habitación tuvo una visión del cielo en el que se le apareció Domingo Savio, entre otras cosas Don Bosco le preguntaba:
- Dime, Domingo ¿Qué fue lo que más te consoló a la hora de la muerte?
- ¿Que crees tu que pudo ser? - Le contestó Domingo
- ¿Fue tal vez el haber conservado la bella virtud de la pureza?
- No, eso solo, no
- ¿Quizás la tranquilidad de conciencia?
- Cosa buena es ésa, pero no la mejor.
- ¿Acaso fue la esperanza del paraíso?
- Tampoco
- Pues, ¿qué entonces? ¿El haber hecho muchas buenas obras?
- ¡No, no!
- ¿Cuál fue, pues, tu mayor consuelo en aquella última hora? - Le insistí confuso y suplicante al ver que no lograba adivinarlo.
- Lo que más me confortó en el trance de la muerte fue la asistencia de la potente y bondadosa Madre de Dios. Dilo a tus hijos; que no se olviden de invocarla en todos los momentos de la vida.
Tiene 7 metros de alto. Lorenzone, el pintor, confesaba que al pintar el rostro de María, le parecía que una mano misteriosa guiaba sus pinceladas. En este cuadro aparece María triunfante bañada en la luz que procede del Padre y del Espíritu Santo. En su mano izquierda está Jesús sonriente. Don Bosco hubiera deseado que rodeasen a María, ángeles, profetas, apóstoles, vírgenes y confesores: toda la Iglesia triunfante en el cielo y luchadora en el mundo. ¡Se hubiera necesitado la plaza de Turín para hacer este cuadro! Se redujo el proyecto. Ahora aparecen los Príncipes de los Apóstoles, Pedro y Pablo, que representan el Papado y el apostolado misionero. Aparecen los Evangelistas y algunos santos, testigos de la Revelación de Dios. Debajo está el Santuario de María Auxiliadora, centro de irradiación de esta devoción.
DOMINGO SAVIO Y LA VIRGEN
Cuenta San Juan Bosco que el 6 de Diciembre de 1876, estando en su habitación tuvo una visión del cielo en el que se le apareció Domingo Savio, entre otras cosas Don Bosco le preguntaba:
- Dime, Domingo ¿Qué fue lo que más te consoló a la hora de la muerte?
- ¿Que crees tu que pudo ser? - Le contestó Domingo
- ¿Fue tal vez el haber conservado la bella virtud de la pureza?
- No, eso solo, no
- ¿Quizás la tranquilidad de conciencia?
- Cosa buena es ésa, pero no la mejor.
- ¿Acaso fue la esperanza del paraíso?
- Tampoco
- Pues, ¿qué entonces? ¿El haber hecho muchas buenas obras?
- ¡No, no!
- ¿Cuál fue, pues, tu mayor consuelo en aquella última hora? - Le insistí confuso y suplicante al ver que no lograba adivinarlo.
- Lo que más me confortó en el trance de la muerte fue la asistencia de la potente y bondadosa Madre de Dios. Dilo a tus hijos; que no se olviden de invocarla en todos los momentos de la vida.
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