Lima, 26-06-2011 / Año 107 - Nº 5568

SANTISIMO CUERPO DE JESUS
Si queremos tener la vida divina hay que alimentarla con la Eucaristía. La promesa es de Jesús: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en mí y yo en él. El que come de este Pan vivirá eternamente". Celebremos, pues, con gozo el banquete sagrado, memorial de Cristo y prenda de Vida Eterna.
PRIMERA LECTURA: Deut 8, 2-3.14b-16a (Extracto)
En Ella, recordamos las acciones de Dios para con su Pueblo y cómo lo alimentó en el desierto con el "maná", figura de la Eucaristía.
Moisés hablo al pueblo: "Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos 40 años por el desierto; para afligirte, ponerte a prueba y conocer tus intenciones; si guardas sus mandamientos o no. Te hizo pasar hambre y después te alimentó con el maná, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino de lo que sale de la boca de Dios. El Señor, tu Dios, te sacó de la esclavitud de Egipto, te hizo recorrer el desierto inmenso, con serpientes venenosas y alacranes, que hizo brotar agua para ti de la roca más dura.
SALMO 147
Respondemos: "Glorifica al Señor, Jerusalén"
SEGUNDA LECTURA: 1 Co 10, 16-17
Pablo nos remite a la última Cena del Señor y nos muestra cómo en ese Cáliz y en ese Pan se encuentra la fuente y el ser de la comunión de la iglesia.
Hermanos: El cáliz de bendición, que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan".
ALELUYA, ALELUYA:
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo -dice el Señor-; el que come de este Pan vivirá para siempre.
EVANGELIO: Jn 6, 51-58
Cristo se nos entrega como verdadero alimento, enviado del Cielo por el Padre. Esta participación de su Cuerpo y de su Sangre nos abre a la vida eterna y nos da el triunfo sobre la muerte.
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". Los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?". Entonces Jesús les dijo: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el maná que comieron sus padres y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 1, 30: "No te eleves demasiado, sí no quieres caer y traer sobre tí mismo la deshonra"

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