Fundado: 24-04-1904 Lima, 10-07-2011 / Año 107 - Nº 5570 - 4000 ejemplares

¡NADA DE CHOCHERAS!
Vamos fallando en el campo educativo. Empecemos por las familias, primer terreno de cultivo educativo. Está entrando con fuerza el "Chocherismo". Una cosa es el aprecio por la autoestima, con el respeto a los derechos y deberes de las personas; y otra cosa es caer en el permisivismo, en la tolerancia, en el "dejar hacer", en el asistencialismo, en el proteccionismo, en no exigir a los hijos el cumplimiento de sus deberes, en "hacerles todo". En una palabra, NO CAPACITARLOS PARA LA VIDA, PARA QUE APRENDAN A RESOLVER SUS PROPIOS PROBLEMAS. Esto se agrava cuando los padres no se quieren comprometer en esta situación "odiosa" de exigir, cayendo en el otro error fatal: "yo aquí soy el papito", "yo aquí soy la mamita"; la otra, es "la ogra", el otro, es "el ogro". Esta situación es nefasta, pues los padres moralmente se desautorizan frente a sus hijos. Aparentemente, uno u otra se convierten en "los defensores" de los "caprichos de sus hijos", destruyendo su propia autoridad de educadores. Inmediatamente nace la división, convirtiéndose la casa en un ring de box. Es peor aún, cuando no permiten que "otros", por ejemplo, los maestros en los colegios, les exijan, y los habitúen al cumplimiento de sus deberes y obligaciones. ¡Y los hijos lo saben muy bien! Al final, acaban ellos haciendo lo que les viene en gana. ¿Quiénes pierden? ¡LOS HIJOS!, pues QUEDAN INMADUROS, INCAPACES DE AUTODECIDIRSE, EN LA VIDA, POR LOS VALORES. Se autoderminarán sólo por el "me gusta", o no "me gusta", NO POR LO QUE VALE, O NO VALE. Esta situación exportada a los colegios, completa el desastre educativo. Si no hay exigencia, si no hay disciplina, si no hay orden razonable, si no hay verdadero amor que corrija, si no hay mirada de fe en Dios, SERÁ IMPOSIBLE EDUCAR. Qué bien nos cae la parábola del sembrador en donde el fruto dependerá de la calidad del terreno. DIOS NOS DA TODO; PERO QUIERE QUE LO ACEPTEMOS LIBREMENTE. QUE LO TRABAJEMOS Y QUE VIVAMOS DE ESTE MUNDO. ¡Qué hermosas las palabras de la canción: "Ni es culpa del sembrador, ni es culpa de la semilla, la culpa estaba en el hombre y en cómo la recibía". Recuerda: ¡DIOS NO CHOCHEA A NADIE!

1 comentario:

Anónimo dijo...

sii