Lima, 03-07-2011 / Año 107 - Nº 5569

DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO
Jesús nos invita con ternura, compasión, respeto y fuerza: "Vengan a mí". Invita a todos. En especial, a los cansados y agobiados, a los que no soportan el peso de sus vidas, a los "aplastados" por las dificultades y preocupaciones de la existencia cotidiana. "Vengan a mí..." Él nos ofrece el descanso. No nos quita las cargas, pero nos ayuda a llevarlas si lo dejamos entrar dentro de nosotros.
PRIMERA LECTURA: Zac 9, 9-10
Zacarías nos invito a recibir al enviado de Dios, que nos traerá la paz y cancelará toda guerra y violencia, por ello surgirá en nosotros la alegría.
"Así dice el Señor: "Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira tu rey que viene a ti justo y victorioso; humilde y cabalgando en un pollino, cría de una burra. Destruirá los carros de guerra de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran río hasta los extremos de la tierra".
SALMO 144
Respondemos: "Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey"
SEGUNDA LECTURA: Rm 8, 9.11-13
Pablo nos recuerda que fuimos llamados a vivir en libertad, guiados por el Espíritu que nos da vida y victoria sobre toda muerte.
"Hermanos: ustedes no están sujetos a la carne, sino al Espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús dará nueva vida a sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en ustedes. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen morir las obras de la carne según el Espíritu, entonces vivirán".
ALELUYA, ALELUYA
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.
EVANGELIO: Mt 11, 25-30
Mateo nos anima a unirnos a Cristo en su alabanza por los pequeños de este mundo y a experimentar su solidaridad con nosotros, a quienes nos llama a seguirlo.
En aquel tiempo, exclamó Jesús: -"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 1, 30: "Señor pondrá al descubierto tus secretos y te humillará delante de la gente, por no haberle dado honra y por tener el corazón lleno de engaños"

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