Lima, 31-07-2011 / Año 107 - Nº 5573

DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Se nos presenta a un Jesús compasivo que al ver a una gran muchedumbre "se conmovió hasta las entrañas". Por eso, pasó de la teoría a la práctica: "curó a los enfermos". Luego ordenará: "Denles ustedes de comer". No es una sugerencia, es un mandato. Hoy, somos llamados a ser solidarios, a compartir, a encontrar más alegría en dar que en recibir, pasando de las sugerencias a la acción concreta.
PRIMERA LECTURA: Is 55, 1-3
Isaías nos hace una invitación que viene del corazón de Dios, pero sólo hay una condición: tener hambre y sed profundos de una vida plena.
"Así dice el Señor: "Todos los que tengan sed, vengan a beber agua, también los que no tienen dinero: vengan compren trigo, coman gratuitamente vino y leche sin pagar nada. ¿Por qué gastan dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no deja satisfecho? Escúchenme atentos, y comerán bien, saborearán platos sustanciosos. Inclinen el oído, vengan a mí: escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza eterna, la promesa que aseguré a David".
SALMO 144
Respondemos: "Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores"
SEGUNDA LECTURA: Rm 8, 35.37-39
Pablo nos trasmite este himno de la primitiva comunidad y nos impulsa a descubrir que nada puede apartarnos de Cristo, a no ser, nosotros mismos.
"Hermanos: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre', ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? Pero de todo esto salimos vencedores fácilmente gracias a Aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro".
ALELUYA
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO: Mt 14, 13-21
Mateo nos narra cómo la gente buscaba insistentemente a Jesús. Hombres y mujeres con hambre de cuerpo y de alma. Sólo Jesús ofrece satisfacción y sentido de sus vidas.
"En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en una barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús la muchedumbre, sintió compasión de ellos y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en un despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a los poblados y compren algo de comer". Jesús les replicó: -"No hace falta que vayan, denles ustedes de comer". Ellos replicaron: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces." Les dijo: -"Tráiganmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce canastos llenos de sobras. Comieron uno cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
PILDORA SALUDABLE
Ecl 2, 4: "Acepta todo lo que te venga, y se paciente si la vida te trae sufrimientos"

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