¡YA LLEGA "EL ENMANUEL"!
Al final del Adviento, afloran 4 ANUNCIACIONES CONSECUENCIALES.
1. La anunciación del ángel Gabriel al sacerdote Zacarías: su esposa Isabel, siendo estéril, y ambos de avanzada edad, concebirá al hijo tan deseado, Juan, el Precursor profetizado por Malaquías (Ml 3, 21-24) e Isaías (Is 40, 3-5).
2. La del Ángel Gabriel a María, esposa de José, anunciándole la concepción virginal del Verbo, Hijo del Altísimo (Lc 1, 26-38).
3. A José, ensueños, anunciándole que no tenga miedo y que reciba a María como su esposa, pues lo concebido por ella, es el Hijo de Dios, obra del Espíritu Santo (Mt 1, 18-25).
4. La iluminación del Espíritu Santo a Isabel, ante la visita de María, su prima (Lc 1, 39-45).
De esto se desprenden 3 reflexiones:
1.- Nacimiento y Misterio Pascual.
Proclamamos que la obra de la Salvación, que culminará en la muerte y Resurrección de Cristo, se inicia en los acontecimientos humildes de la concepción y el nacimiento del Hijo de María, Verbo de Dios Encarnado. Este nacimiento está en relación con la Pascua: Pasión, Muerte, Resurre
cción y Ascensión, instaurando "su Reino sin fin", y "su trono permanecerá para siempre", según el profeta Natán. Según Pablo, es el "Misterio mantenido en secreto durante siglos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe". Y, según la carta a los Hebreos, la Encarnación y el Misterio Pascual constituyen una sola realidad, así como la semilla y el árbol desarrollado.
2.- Maternidad espiritual y Eclesial de María.
María, figura central del Adviento, se presenta, no únicamente como la elegida para ser la madre de Jesús, sino como Servidora de Dios, pues, en la fe acepta su participación en la obra de la Redención. Es muy significativo que Isabel le haya dicho: "¡Dichosa por haber creído!", y no "¡Dichosa por haber concebido!" y, "Se cumplirán las promesas del Señor", pues sólo se cumplirán cuando haya muerto y resucitado.
3.- María, figura de la Iglesia y de los cristianos.
La Misión esencial de la Iglesia es engendrar la luz de la fe en los hombres y de ayudarles a alcanzar los frutos de la Redención. Por María, Cristo entra en la historia humana y en ella permanece como "El Dios con nosotros"... y El Dios dentro de nosotros", para que cada uno de nosotros entre a formar parte, con pleno derecho "donado", de la gran familia de Dios.
Al final del Adviento, afloran 4 ANUNCIACIONES CONSECUENCIALES.
1. La anunciación del ángel Gabriel al sacerdote Zacarías: su esposa Isabel, siendo estéril, y ambos de avanzada edad, concebirá al hijo tan deseado, Juan, el Precursor profetizado por Malaquías (Ml 3, 21-24) e Isaías (Is 40, 3-5).
2. La del Ángel Gabriel a María, esposa de José, anunciándole la concepción virginal del Verbo, Hijo del Altísimo (Lc 1, 26-38).
3. A José, ensueños, anunciándole que no tenga miedo y que reciba a María como su esposa, pues lo concebido por ella, es el Hijo de Dios, obra del Espíritu Santo (Mt 1, 18-25).
4. La iluminación del Espíritu Santo a Isabel, ante la visita de María, su prima (Lc 1, 39-45).
De esto se desprenden 3 reflexiones:
1.- Nacimiento y Misterio Pascual.
Proclamamos que la obra de la Salvación, que culminará en la muerte y Resurrección de Cristo, se inicia en los acontecimientos humildes de la concepción y el nacimiento del Hijo de María, Verbo de Dios Encarnado. Este nacimiento está en relación con la Pascua: Pasión, Muerte, Resurre
cción y Ascensión, instaurando "su Reino sin fin", y "su trono permanecerá para siempre", según el profeta Natán. Según Pablo, es el "Misterio mantenido en secreto durante siglos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe". Y, según la carta a los Hebreos, la Encarnación y el Misterio Pascual constituyen una sola realidad, así como la semilla y el árbol desarrollado.2.- Maternidad espiritual y Eclesial de María.
María, figura central del Adviento, se presenta, no únicamente como la elegida para ser la madre de Jesús, sino como Servidora de Dios, pues, en la fe acepta su participación en la obra de la Redención. Es muy significativo que Isabel le haya dicho: "¡Dichosa por haber creído!", y no "¡Dichosa por haber concebido!" y, "Se cumplirán las promesas del Señor", pues sólo se cumplirán cuando haya muerto y resucitado.
3.- María, figura de la Iglesia y de los cristianos.
La Misión esencial de la Iglesia es engendrar la luz de la fe en los hombres y de ayudarles a alcanzar los frutos de la Redención. Por María, Cristo entra en la historia humana y en ella permanece como "El Dios con nosotros"... y El Dios dentro de nosotros", para que cada uno de nosotros entre a formar parte, con pleno derecho "donado", de la gran familia de Dios.
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