ANEXO 2 - Lima, 25-12-2011 / Año 107 - Nº 5594


DIFUSION

Era natural que todos los pueblos que se iban convirtiendo al Cristianismo unieran sus viejas costumbres al nuevo molde. Más aún, cuando la integración era favorecida con una tolerancia llena de sabiduría. Al respecto, escribía San Gregorio, a los misioneros: "No destruyáis, de ninguna manera, los santuarios de los ídolos; destruid, sí, los ídolos que allí están... Dejadlos celebrar sus fiestas religiosas y adorar a Dios por medio de ellas, de tal manera que, conservando sus placeres exteriores, reciban mejor los goces espirituales". De este modo se empezó a difundir en todo el mundo cristiano la fiesta de Navidad el 25 de diciembre de todos los años. A la celebración de esta fiesta se conservaron o fueron añadiéndose costumbres locales.
CENA NAVIDEÑA
Trae su origen de la comida que se hacía en la fiesta pagana tanto del oso como del pavo.
ARBOL DE NAVIDAD
Hasta el siglo VIII persistía la costumbre de congregarse alrededor del roble sagrado de Odín (Dios supremo de los Nórdicos). Fue Bonifacio, misionero en Alemania quien consiguió remplazar esta costumbre por la del árbol del pino. Esta costumbre pasó a Francia e Inglaterra. En sus ramas ponían juguetes y golosinas para los niños.
PAPA NOEL
Santa Claus o Papá Noel. Se trataría de la figura de San Nicolás, un buen obispo de Myra, famoso por su bondad, que repartía regalos a los niños todos los años alrededor del 6 de diciembre. El nombre de San Nicolás fue abreviado en el de Santa Claus y, en Francia, en lugar de ser rechazado como signo alienante lo convirtieron en "Pere Noel", Papá Navidad, haciéndose una figura legendaria.
EL PESEBRE O NACIMIENTO
Fue San Francisco de Asís quien introdujo las costumbre del "NACIMIENTO" en Italia, así como los cantos vernaculares, herederos de los que se cantaban en el solsticio invernal. Los "Nacimientos" muy bellos y populares, no sólo en Italia, sino también en Austria y el sur de Alemania. Nos narra su biógrafo: "Ciertamente es digno de piadosa y eterna memoria, lo que, tres años antes de su gloriosa muerte, llevó a cabo el día de Navidad en honra de Nuestro Señor Jesucristo, en un pueblo llamado Greccio. Moraba en aquel lugar un Sr. llamado Juan... 15 días antes de la Navidad le llamó Francisco y le dijo: "Si deseas que celebremos en Greccio la próximo fiesta del Natalicio Divino, adelántate y prepárate con diligencia a lo que voy a indicarte. Para hacer memoria con mayor naturalidad de aquel Niño y de las incomodidades que sufrió al ser reclinado en un pesebre y puesto sobre la húmeda paja junto a un buey y a un asno. Quisiera hacerme de ello cargo de una manera palpable y como si presenciara con mis propios ojos"... Oyó esto el buen hombre y apresuróse a preparar en aquel lugar todo lo que había dado a entender Francisco."
Llegó por fin el día de la alegría y la hora de la Santificación apetecida. Fueron convidados religiosos de varias partes, los hombres y mujeres del lugar, según su posibilidad y con íntimo gozo, con luces y antorchas, se dispusieron a iluminar aquella noche, que con inmensa claridad, cual astro refulgente, irradia sobre los días y los años. Llega en último lugar el siervo de Dios, y hallándolo todo a punto, alégrase en extremo. Díspónese luego el pesebre, acomodase la paja y se trae el buey y el asno, hónrase allí la sencillez, se elogio la pobreza, se celebra la humildad, y Greccio se convierte en otra ciudad de Belén" (Celano. Vida de San Francisco de Sales. BAC).

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