Y... ¿QUE NOMBRE LE PUSIERON?
Soy el mayor de mis hermanos. Todos hemos nacido en casa. Recuerdo con mucha emoción, cuando estaba por nacer mi primer hermanito, cómo toda la familia, ya de noche, en el dormitorio y con las luces apagadas, mi papá nos preguntaba qué nombre le pondríamos al futuro hermanito o hermanita. Todos daban su parecer. Era un momento muy rico de emociones, de esperanza, pero sobre todo de profunda participación familiar. En el fondo, el nombre escogido respondía a un especial cariño, a un acontecimiento muy significativo para la familia, o a un familiar muy querido, o al nombre del padre o de la madre.
En el caso de Jesús, quien le puso el nombre fue su Padre Dios, señalándole la Misión que iba a cumplir. Nombre que ha ido sembrando a lo largo de los siglos y haciéndolos repetir con frecuencia por los profetas y por los Salmos.
Poner nombre o cambiarlo, significa un cariño inmenso, un conocimiento
profundo, señalando la capacidad que tiene para cumplir una Misión en la vida. Cambiarlo, significa cambiarle de Misión, darle un nuevo cargo importantísimo.
En el Antiguo testamento, se le llamó MESIAS, especialmente en Samuel y en los Salmos, y significa el Consagrado para..., y ese nombre se fue repitiendo constantemente. En el griego se traduce por CRISTÓS con el mismo significado.
El Ángel Gabriel le dice a María, lo llamarás JESÚS, que significa "Díos salva", "el Salvador". Apenas nacido, los ángeles revelan a los pastores: "Os ha nacido un SALVADOR, el MESÍAS, el SEÑOR".
En el Nuevo Testamento, se completa el significado del nombre del Redentor: JESUCRISTO, CONSAGRADO PARA SALVAR.
Isaías lo llama EMMANUEL, es decir, DIOS CON NOSOTROS; Pero Jesucristo mismo perfecciona este nombre para enriquecerlo: será DIOS DENTRO DE NOSOTROS.
Y María ¿qué cuenta en esto? Ella es la Madre de Dios dentro de nosotros. ¿Qué te parece?...
Y tu nombre, ¿qué significa? PIENSALO.
Soy el mayor de mis hermanos. Todos hemos nacido en casa. Recuerdo con mucha emoción, cuando estaba por nacer mi primer hermanito, cómo toda la familia, ya de noche, en el dormitorio y con las luces apagadas, mi papá nos preguntaba qué nombre le pondríamos al futuro hermanito o hermanita. Todos daban su parecer. Era un momento muy rico de emociones, de esperanza, pero sobre todo de profunda participación familiar. En el fondo, el nombre escogido respondía a un especial cariño, a un acontecimiento muy significativo para la familia, o a un familiar muy querido, o al nombre del padre o de la madre.
En el caso de Jesús, quien le puso el nombre fue su Padre Dios, señalándole la Misión que iba a cumplir. Nombre que ha ido sembrando a lo largo de los siglos y haciéndolos repetir con frecuencia por los profetas y por los Salmos.
Poner nombre o cambiarlo, significa un cariño inmenso, un conocimiento
profundo, señalando la capacidad que tiene para cumplir una Misión en la vida. Cambiarlo, significa cambiarle de Misión, darle un nuevo cargo importantísimo.En el Antiguo testamento, se le llamó MESIAS, especialmente en Samuel y en los Salmos, y significa el Consagrado para..., y ese nombre se fue repitiendo constantemente. En el griego se traduce por CRISTÓS con el mismo significado.
El Ángel Gabriel le dice a María, lo llamarás JESÚS, que significa "Díos salva", "el Salvador". Apenas nacido, los ángeles revelan a los pastores: "Os ha nacido un SALVADOR, el MESÍAS, el SEÑOR".
En el Nuevo Testamento, se completa el significado del nombre del Redentor: JESUCRISTO, CONSAGRADO PARA SALVAR.
Isaías lo llama EMMANUEL, es decir, DIOS CON NOSOTROS; Pero Jesucristo mismo perfecciona este nombre para enriquecerlo: será DIOS DENTRO DE NOSOTROS.
Y María ¿qué cuenta en esto? Ella es la Madre de Dios dentro de nosotros. ¿Qué te parece?...
Y tu nombre, ¿qué significa? PIENSALO.
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